Horas de zozobra y sobresalto vivieron numerosas colonias, principalmente del sur de la ciudad, tras esparcirse el rumor de que el agua podrida del Chuvíscar se infiltró en la red de agua potable, situación que, al menos en un inicio, fue confirmada por las autoridades de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) y de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris).
De acuerdo con Óscar Meza, encargado de zona del Departamento de Red Hidráulica y Carlos Antonio Ballesteros Rivas, coordinador de operaciones de la JMAS, una parte de la línea que cruza por el Sacramento reventó, y succionó agua del caudal, además de un poco de tierra. Dicha línea abastece algunas colonia del Centro y pasa primeramente por la Popular, indicó.
Meza señaló que no se siguió un protocolo de emergencia, por no ser agua «extremadamente contaminada ni de drenaje, además que no fue en grandes cantidades”. Tampoco se alertó a los colonos porque la situación no lo ameritaba.
En tanto, los habitantes del sector señalan que desde el fin de semana empezaron a detectar un fuerte olor a drenaje proveniente del agua, ropa y trastes quedaban pestilentes, oliendo a agua estancada, y al tomarla tenía un mal sabor. Ciudadanos también reportaron alta afluencia de enfermos en hospitales, sobre todo niños.
Sin embargo, luego vino el hermetismo, y a esto le siguió un verdadero tsunami de mensajes por redes sociales y whatssapp en el que los ciudadanos compartieron información para alertarse. Ya tarde las autoridades ofrecieron explicaciones a medias e incluso el Presidente de la Junta Central de Agua y Saneamiento, Carlos Daniel Alonso Guzmán, dijo que este “supuesto problema con el agua contaminada» pudo haber sido una invención de políticos contrarios, mientras que la Coespris se contradijo y aseguró que eran “chirinolas”.
También acusó al calor de las enfermedades, a los ciudadanos de cochinos y de ensuciar su propia agua y difundieron una lámina aclaratoria que dejaba más bien dudas, pues aseguraba que el agua en todo Chihuahua estaba 100% analizada y segura, aunque no traía ni el logo de dependencia alguna, tenía errores ortográficos y no se ha mostrado un estudio que avale estos dichos, sólo la laminita echa al vapor por algún practicante de Comunicación.
Más allá de todo, salta a la vista la evidente desconfianza de la ciudadanía hacia sus autoridades. Basta echar un vistazo a redes sociales para comprobar que la enorme mayoría de la población desconfía de los dichos de los funcionarios, tanto que en algunas tiendas de autoservicio se realizaron compras de pánico y se agotó en un par de horas el agua purificada, mientras sigue en el aire la pregunta ¿están ocultando la contaminación para no afectar las campañas?
Donde quieren que la sangre llegue al río es en el pleito entre Liz Aguilera y Juan Blanco, pues ayer, durante un debate que se realizó en el Tec de Monterrey, la candidata no podía ni voltear a ver al empresario pizzero y hasta le reclamó al ‘Pony’ Lara sus ataques en Facebook, esos que tanto le están doliendo a la candidata.
Otro escandalazo que apenas se cocina tiene epicentro en Parral, pues ayer se dio a conocer una transota por 6.6 millones de pesos en el que habrían participado la síndica Abril Leticia Carmona, su prima Georgina Carmona Domínguez -ex suboficial mayor del Ayuntamiento y actual asesora fiscal de la comuna-, el oficial mayor Víctor Cordero y el auditor Superior del Estado, Jesús Esparza Flores.
Fue la tesorera Socorro Aguirre quien promovió la denuncia ante la Fiscalía, al detectar que la Auditoría, bajo control de Esparza, había ordenado dar borrón de los datos del desfalco para que no pudieran ser analizados. La Auditoría, llamada sarcásticamente ‘la lavandería’, ya había detectado los desfalcos, pero había actuado por “órdenes superiores”.
Todo apunta a que el despacho de Georgina Carmina hizo dos transas de un manotazo, pues emitió facturas por 6.6 millones de pesos que cubrieron el faltante de la administración y al mismo tiempo emparejó las declaraciones fiscales de sus clientes para evadir impuestos mediante servicios y ventas nunca prestados. Negocio redondo.
De todo esto consta en la carpeta de Investigación de la Fiscalía, abierta hace tres semanas tras la denuncia de Aguirre, aunque dentro de la misma Fiscalía están pidiendo carpetazo y olvido, pues ahí trabaja el esposo de Georgina Carmona ¿se lo concederán? También está involucrado el oficial mayor Víctor Cordero, quien habría omitido presentar la denuncia.
Otra transa parralense es la que protagoniza Carlos Hermosillo, el flamante candidato a la diputación por el IX Distrito, quien pasó de ser un funcionario menor a un ‘emprendedor meteórico’, pues de pobre pasó a rico y de ciudadano a candidato apenas fortaleció su amistad con el mandatario César Duarte, quien al parecer es buen consejero, pues todos sus cercanos y él mismo alcanzaron en medio sexenio la riqueza que habían esperado toda su vida.
El problema es que hay quien duda de su repentino éxito empresarial y están en la mira del Fidapech, cuyos fondos por 120 millones de pesos fueron aplicados a la Unión Ganadera División del Norte y la empresa Duraplay de Parral, cuando se supone que estaban destinados a apoyar a las pymes chihuahuenses. Acapararon la lana, pues… y dicen que hay más sorpresas.
Y ya que estamos hablando de ratas, están las del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). No las que saquean instrumental y medicamento, sino las de cuatro patas que se pasean por los pasillos y que fueron denunciadas por usuarios de redes sociales.
Al respecto, el IMSS respondió en voz de su delegado estatal, Cristián Rodallegas, así como del dirigente sindical, Felipe Alcántara, quienes le echaron la culpa al alcalde Javier Garfio por tratarse de la ciudad que gobierna, nada más… Afirmaron que el edificio está fumigado y pulcro, que las cochinas son las ratas que andan en la calle y que se meten atraídas por la relumbrante limpieza.
Y siguiendo con los rumores, están también los del atentado sufrido por un agente ministerial en Turuachi, Guadalupe y Calvo, a manos de policías preventivos del lugar. Como es costumbre, la Fiscalía salió a desmentir de oficio, ya es su costumbre, así le muestren los videos ellos siguen negando todo… lo cierto es que la situación está que arde en la Sierra y no lo quieren reconocer. A esto hay que sumarle que cada corporación trae sus propios intereses, y para nada son la seguridad de los ciudadanos, de eso olvídese.