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Resto del mundo

Alemania detiene a Puigdemont

El gobierno español ha recibido confirmación por parte de las autoridades alemanas de que Carles Puigdemont ha sido detenido en la región de Schleswig-Holstein, cuando viajaba por carretera desde Dinamarca y había cruzado la frontera en dirección a Hamburgo.

La detención se producía minutos antes de las 12:00 del mediodía y a partir de ese momento la policía alemana dispone de 24 horas para ponerlo a disposición de un juez alemán que examinará la euroorden de dirimirá sobre su traslado a España, en un contexto legal alemán muy similar al español en lo que se refiere al delito de rebelión.

En la Embajada española en Alemania no hay juez de enlace, a diferencia de otras representaciones españolas europeas, por lo que el proceso de cooperación europea y entrega a España será tramitado de juez a juez.

La detención tuvo lugar cuando la policía alemana daba el alto al vehículo en el que viajaba Puigdemont, que declaró que viajaba desde Finlandia con intención de llegar por carretera a Bélgica.

Tras informarle que estaba activa una orden de detención europea, la policía procedió a informarle sobre sus derechos y a trasladarlo a una ubicación que no ha desvelado.

Parece evidente que la inteligencia española había alertado a la policía alemana sobre este viaje y que las declaraciones del abogado de Puigdemont, Jaume Alonso-Cuevillas, que el viernes anunciaba que su defendido tenía intención de presentarse voluntariamente ante la justicia de Finlandia, país en el que supuestamente se encontraba en ese momento, no fueron más que una maniobra de distracción tratando de evitar lo que finalmente ha sucedido.

La legislación alemana contempla el delito de rebelión de forma similar a la española y su Constitución ni siquiera permite partidos políticos que pongan en duda la unidad territorial, por lo que a la justicia de este país no le debería resultar difícil la entrega del detenido.

La oficina de representación catalana en Berlín, que nunca fue reconocida como representación independiente, permanece oficialmente clausurada desde la aplicación del artículo 155, a pesar de los intentos de Puigdemont, que en los últimos meses ha tratado de reimpulsar su actividad a través del instituto Ramón Llull, consorcio integrado por la Generalitat, el gobierno balear y el Ayuntamiento de Barcelona para la proyección exterior de la lengua catalana.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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