Durante los últimos años hemos visto diversos eventos catastróficos producto de fenómenos naturales, como el huracán Katrina, el tsunami en Japón, los recientes terremotos en Haití y Chile e inundaciones desde Pakistán hasta México. Todos esos sucesos ponen de manifiesto la vulnerabilidad a la que están expuestas algunas poblaciones y el costo tanto material como humano que acarrean este tipo de desastres naturales.
Seguramente en 2013 no cambiará nada; seguiremos sufriendo las consecuencias del cambio climático, el calentamiento global, la contaminación y la desaparición de especies animales. Algunos piensan que es inevitable, que es demasiado tarde, pero todavía podemos luchar para que este mundo tenga sentido. Necesitamos una economía y un modelo basado en el desarrollo sostenible. Se trata de pensar en verde.
Es triste decir que muchos desastres no se pueden evitar y terminan convirtiéndose en tragedias. Estamos expuestos constantemente al peligro que los mismos seres humanos hemos construido. El progreso y desarrollo científico-técnico ha traído progreso y crecimiento económico, pero también unos resultados indeseables que representan una amenaza objetiva para la supervivencia de todo el planeta.
Científicos del Instituto de Geofísica (IGf) y del Centro de Ciencias y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM advierten que en 2013, México podría verse afectado por un huracán de gran magnitud de acuerdo con estudios realizados por un sistema de medición único en el mundo, creado por los investigadores, el cual permite el pronóstico de supehuracanes del Atlántico (categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson).
Los huracanes que registran velocidades por arriba de los 250 kilómetros por hora, contrario a lo que se pensaba, no se desarrollan de forma aleatoria, sino que tienen zonas geográficas bien definidas y de manera periódica.
Al estudiar la batimetría y geografía del Atlántico con el uso de imágenes tridimensionales, científicos del IGf y CCADET encontraron la cuna de los súper huracanes. “Son áreas de aguas profundas, donde hay grandes albercas termales, que se localizan, preferentemente, en el noreste de México, en el Caribe, América Central, como en el sureste de estados Unidos. De ese modo, se creó este pronóstico único, que no sólo toma en cuenta las variables atmosféricas, como la mayoría de los modelos, sino las oceánicas y la situación geográfica.” (Boletín UNAM-DGCS-063, 31 de enero 2012). Debemos estar preparados para evitar pérdidas económicas y humanas. El periodo se extendería posiblemente hasta 2018, tiempo en el que podrían registrarse de cuatro a seis grandes, uno por año, aproximadamente.
Fuente: Contenido.
You must be logged in to post a comment Login