El aumento de islas de calor urbano en la Ciudad de México está propiciando más enfermedades por estrés durante las altas temperaturas, así como malestares en las vías respiratorias por los cambios drásticos de éstas dentro de esta misma urbe, alertó el ambientalista del Instituto de Ecología, Víctor Barradas Miranda.
El fenómeno de las islas de calor se genera por el calentamiento del aire cerca de la superficie del suelo y se caracteriza porque la temperatura del aire es más elevada en el área urbana que en los alrededores, por lo que se puede considerar como un cambio climático local o regional
Barradas Miranda destacó que de no mitigar y aplicar medidas de adaptación a estas islas en la CDMX, podrían presentarse más ondas de calor que causarían muertes en niños y adultos mayores entre marzo y junio.
Si reducimos las islas de calor urbanas vamos a tener un mejor confort térmico, no nos vamos a estresar y no nos vamos a enfermar más fácilmente.
Otro beneficio, aseguró Barradas, “es que ya no vamos a usar el ventilador y eso disminuye el consumo energético y reduce la emisión de gases de efecto invernadero. Con eso ya estamos contribuyendo a bajar el cambio climático global”, detalló.
En los últimos 20 años, la temperatura en la capital del país ha aumentado un grado centígrado, pero en las islas de calor la temperatura sube un promedio de cuatro grados, especialmente en zonas como Cerro de la Estrella, Mixcoac y La Merced.
En entrevista con Excélsior, apuntó que conforme va creciendo la ciudad, la isla de calor también se va incrementado, lo que es diferente es la temperatura dentro de la isla de calor y la temperatura afuera, pero el problema es que al haber más se convierten en un archipiélago.
Estamos viendo que ya no son islas de calor, es un archipiélago, hay una cantidad enorme de islas y se conjuntan y hacen una grandota que se convierte en archipiélago, especialmente por el crecimiento urbano”, advirtió Barradas Miranda.
Por ello, el especialista señaló que para mitigar a las islas de calor urbanas es sembrar árboles porque la ausencia de áreas verdes genera más calor.
Fuente: Excelsior