Finalmente los aferrados del PRD chihuahuense lo lograron: Irán en alianza con el PRI a buscar alcaldías, diputaciones, sindicaturas y regidurías, pues es la única manera de ganar algo y capitalizar así el miserable capital político que poco a poco han vendido para poder mamar del erario.
Al PRI le conviene. Su tope es de 20 diputados, por vía uninominal y plurinominal, así que los otros trece escaños en el Congreso prefiere repartirlos a su antojo, con deuda política de por medio, garantizando así su lealtad absoluta.
El PAN, desmantelado antes de arrancar las precampañas, será lo único parecido a una oposición, aunque con pocos diputados e incluso podría pasar a ser la tercera o cuarta fuerza política en el estado, pero aunque fuera la segunda no podía hacer nada más que lanzar algunos ladridos contra la sólida coalición que ha forjado el gobernador. Poder absoluto.
Pero aún en este escenario tan trágico hay espacio para la comedia, ya que el PAN lanzó un anuncio para acoger a los priístas resentidos que quieran iniciar carrera en el albiazul, tratando así de devolverle al PRI un poco de la goliza que les metió llevándose a candidatos y una cantidad muy importante de militantes.
La diferencia, claro está, es que el PRI va a ganar mientras que en el PAN, si gana algo, será acaparado por las tribus rancias que lo integran, dispuestas a desplumar a la gallina de los huevos de oro antes que moderar sus incontrolables apetitos.
Y es que el PAN ya no ve la luz al final del túnel, pues en las próximas elecciones enfrentará a una monstruosa amalgama de fuerzas políticas, pero además deberá ir con candidatos de relleno más concentrados en luchar con los de casa que con los de fuera. La masacre electoral está más que anunciada.
Sin embargo, esto podría tener un precio muy caro para el PRI, que deberá compartir el pastel con aliados más que voraces, y que a fin de cuentas aportan muy poco como la jauría de los Aguilar, dedicada a hacer el trabajo sucio, aunque de quedarse solos ya habrían perdido hace mucho su registro, y sus prerrogativas.
Movimiento Ciudadano es lo mismo, pues parece que su ideología va en zigzag, con un presidente expulsado del PAN, casado con una priísta, que apoyó a Andrés Manuel López Obrador hace unos meses y que ahora le apuesta todo al PRI, también para no perder el registro.
De los perredistas ya ni hablamos. Tras su inesperada hinchazón por el factor AMLO, llegó a obtener el segundo lugar de las votaciones, algo que les hubiera servido de algo si los ciudadanos no fueran persiguiendo la figura del tabasqueño, ya que sus posiciones políticas lejos de avanzar se replegaron, por lo que tomaron la vía corta y se sumaron con Duarte para no perder el registro tras la desbandada hacia Morena.
Así, a cambio de su lealtad, recibirán 27 sindicaturas, 30 regidurías, seis alcaldías, dos diputaciones y algunos favores políticos. La venta del partido fue un éxito, con casi sesenta de sus allegados que podrán lamer las mieles del dinero público.
Sobre este tema ha opinado bastante el exdiputado Jaime García Chávez, quien no ha escatimado descalificativos para sus compañeros de partido: Hortensia Aragón, Héctor Barraza, Jesús Manuel Márquez y Pavel Aguilar, a quienes tildó de traidores y vendidos.
Y mientras Duarte congrega a los partidos bajo su proyecto o despedaza a la oposición, no ha descuidado la operación cicatriz al interior, e incluso pudo reunir a sus predecesores en un evento público, donde no faltaron sonrisas, abrazos y una que otra disimulada mueca.
El pleito más gordo lo traen José Reyes Baeza y Patricio Martínez, cuyos grupos políticos colisionaron, como es natural en una gran estructura como es el PRI, pero con una mala leche que sorprendió a pocos y extraños, pero la sorpresa fue verlos juntos y hasta tomar la palabra, ¿o qué? ¿Usted rechazaría la convocatoria del gobernador?
Durante el evento, pareció sarcasmo o puro humor negro su compromiso de mantenerse al margen del proceso electoral, esto cuando le quitó al PAN su mejor candidato, en su cara y ante las cámaras, además de la negociación con toda posible oposición.
Además, se dio arranque a la cruzada contra el hambre, que llevará alimentos como fríjol y maíz a casi medio millón de chihuahuenses de los polígonos de pobreza de la Sierra, Chihuahua y Juárez, donde seguramente recibirán los bultos con ese cariño que solo se paga con votos.
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