México.- El próximo 11 de agosto sería una fecha histórica para el PRI… por primera vez en su historia de 95 años, podrá tener un dirigente nacional por nueve años consecutivos, luego de que Alejandro Alito Moreno podrá ganar las votaciones para reelegirse por otros cuatro años.
Moreno, presidente nacional del PRI desde el 18 de agosto del 2019, y su compañera de fórmula, Carolina Viggiano, se inscribieron el lunes 22 de julio ante la Comisión Nacional de Procesos Internos para estrenar la nueva disposición estatutaria que permite la elección de dirigentes nacionales hasta por tres periodos consecutivos, a fin de quedarse con el mando del partido hasta el 2028, al menos.
Sin embargo, el proceso ha sido álgido. Antes de inscribirse a la elección, “Alito” fraguó y orquestó una asamblea a modo para modificar los estatutos del tricolor y apuntalar su reelección, aunque la convocatoria y los ajustes fueron impugnados por varios expresidentes del PRI.
Por ello, tras cumplir con su registro, Moreno avisó que se está preparando el terreno para que los “traidores”, donde señaló a exdirigentes como Dulce María Sauri, Manlio Fabio Beltrones, Pedro Joaquín Coldwell, Aurelio Nuño, Enrique Ochoa y Francisco Labastida, sean expulsados de las filas del Revolucionario Institucional .
“Nunca el partido había estado tan asediado por el acoso y hostigamiento del poder como en los años que hemos encabezado nuestro instituto político. Nos encontramos siempre bajo el fuego cruzado: por un lado, nuestro partido ha recibido del gobierno la divisa de la persecución, en lugar de la del diálogo y la de la apertura.
“Por otro, hemos estado siempre expuestos a la mezquindad y traición de perfiles que han empeñado años de su trayectoria partidista, por la comodidad, la seguridad y los beneficios que les da rendirse ante el poder”, acusó.
Un día después la respuesta llegó. Dulce María Sauri y Enrique Ochoa, así como Fernando Lerdo de Tejada y Aurelio Nuño, alertaron que la actitud de Moreno Cárdenas lo único que genera es un mayor descrédito ante la opinión pública.
“Estoy comprometida con la defensa del partido. Callar, sufrir, soportar, esperar a que cambie un día la situación, a que suceda el milagro, para que un día de elecciones el PRI no alcance el porcentaje mínimo y pierda el registro, no es mi papel como de esposa sufrida”, manifestó Dulce María Sauri, expresidenta del partido.
“Un dirigente que expulsa a quienes piensan distinto a él, está destinado a quedarse solo. Aquel dirigente que inhibe y castiga la diversidad de ideas, le corta las alas al partido y lo destina a desaparecer”, consideró Enrique Ochoa Reza.
Francisco Labastida, excandidato presidencial, incluso vaticinó que, si Moreno sigue de presidente, el partido morirá.
“(Si se reelige a Alito Moreno el PRI) va a morir, está podrido. Yo creo que no es bueno que el PRI se muera, pero veo casi inevitable que muera”, señaló.
Si los priistas que alguna vez lideraron el PRI decidieran antes abandonar el partido político no sería la primera vez que liderazgos importantes abandonan el tricolor por su descontento con el líder, pues en 2022 ocurrió lo mismo después de que Moreno Cárdenas modificó los estatutos para alargar su mandato hasta después de las elecciones 2024.
Entre los militantes que renunciaron estuvo Miguel Ángel Osorio Chong y Claudia Ruiz Massieu.