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Opinión

All You Need Is Love

Hace casi 51 años, la cadena televisiva británica BBC lanzó el primer programa de televisión en vivo de alcance global, Our World (Nuestro Mundo) fue el nombre que se le dio. Como parte de la programación de este hecho histórico se presentó por primera vez la canción All you need is love (todo lo que necesitas es amor) ante la expectación simultánea de millones de personas en 24 diferentes países del planeta.

La canción que en el verano de 1967 se convertiría en un himno de paz y amor universal fue escrita por John Lennon a escasas dos semanas de su transmisión satelital y un día antes fue que decidieron como grupo que esa sería la pieza a presentar por la simplicidad e importancia en el mensaje que querían enviar a la humanidad. Se estima que ese día 400 millones de personas
atestiguaron la exitosa hazaña de la BBC.

50 años después, la canción más escuchada en el mundo fue Despacito interpretada por los puertorriqueños Luis Fonsi y Daddy Yankee (como si hiciera falta recordarlo).  La letra de la
misma, en comparación a la creación de Lennon, se enfoca meramente en el deseo y la atracción sexual de dos personas o al menos la insinuación de una de ellas. Existen diversas teorías, pero al
parecer el éxito arrasador de la canción sigue siendo un misterio. Después de Macarena en 1995 ninguna canción totalmente interpretada en español había alcanzado el primer sitio en la lista mundial de Billboard. En 2017 Despacito alcanzó los cinco mil millones de visitas en YouTube, ese mismo año destronó a Gangnam Style como la canción no cantada en Inglés más escuchada
en la historia.

¿Cuál es la importancia de todos estos datos? El mensaje. Si asumimos que la música y los géneros que la componen impactan de mayor o menor forma dependiendo del contexto social
predominante, podríamos concluir que su creación y la influencia de la misma en la vida de quién la escucha varía en torno a los valores sociales de la época. La concepción artística no solo
depende de la manera en que la mente creativa defina expresar sus propias vivencias, depende también de la interpretación personal que se forma de la realidad social en la que se desenvuelve.

En el ‘67 los Beatles experimentaban una nueva etapa creativa inspirada en el sentir colectivo de personas jóvenes que encabezaron un movimiento que desafiaba todo lo establecido por una
sociedad a la que consideraban falsa, materialista, individualista, consumista. La simplicidad de All you need si love es intencionada, el propósito era difundir al mundo una canción que pudiera
ser entendida y cantada por las masas que se encontraban en búsqueda de una felicidad que se basara en el amor hacia todos y entre todos los seres. En el 2017 Luis Fonsi y la cantautora
panameña Erika Ender compusieron Despacito con el objetivo de realizar una melodía “pegajosa”, sin letras vulgares ni ofensivas como se escucha en varias muestras de géneros similares para que gustara a un público más generalizado en un mercado interpretado por la industria musical (y muchas otras industrias) como una sociedad individualista enfocada en la búsqueda del placer inmediato, del consumismo material, consumo desmedido del medio ambiente y consumismo de personas, principalmente de mujeres visualizadas como objetos
sexuales. Estas dos canciones apelaban a diferentes tipos de sociedades.

Este año se cumplen los 50 años del movimiento estudiantil en Me?xico y en diversas partes del mundo. Es importante rescatar los anhelos juveniles que se alzaban y se declaraban por
un mundo más justo para todas y todos, honrar su valentía de imponerse ante regímenes autoritarios que proclamaban la guerra y la segregación. Rescatar los valores universales y
hacerlos el común denominador en todas las expresiones, sobre todo en la música como el catalizador social de las artes.

Debemos cuidar lo que escuchan y ven las nuevas generaciones, cuidar que las aspiraciones de adolescentes y jóvenes no se formen en los estereotipos que fomentan géneros como el
Reggaetón, el más escuchado en Me?xico y en segundo lugar la Banda, ambos géneros que plasman con letras e imágenes una realidad contraria a la utopía social del amor y la igualdad
por la que surgieron todos los movimientos del ‘68.

Procuremos que la sociedad que construyamos sea más “all you need is love” y menos
“despacito”.

Gracias por leerme. Hasta la próxima.

Opinión

Diálogos. Por Raúl Saucedo

El Eco de la Paz

En el crisol de la historia, las disputas bélicas han dejado cicatrices profundas en el tejido de
la humanidad. Sin embargo, en medio del estruendo de los cañones y las balas metrallas, ha
persistido un susurro: El Diálogo. A lo largo de los siglos, las mesas de negociación han
emergido como esperanza, ofreciendo una vía para la resolución de conflictos y el cese de
hostilidades entre grupos, ideas y naciones.
Desde la antigüedad, encontramos ejemplos donde el diálogo ha prevalecido sobre la espada.
Las guerras médicas entre griegos y persas culminaron en la Paz de Calias, un acuerdo
negociado que marcó el fin de décadas de conflicto. En la Edad Media, los tratados de paz
entre reinos enfrentados, como el Tratado de Verdún, establecieron las bases para una nueva
configuración política en Europa.
En tiempos más recientes, la Primera Guerra Mundial, un conflicto de proporciones
colosales, finalmente encontró su conclusión en el Tratado de Versalles. Aunque
controvertido, este acuerdo buscó sentar las bases para una paz duradera. La Segunda Guerra
Mundial, con su devastación sin precedentes en el mundo moderno, también llegó a su fin a
través de negociaciones y acuerdos entre las potencias.
La Guerra Fría, un enfrentamiento ideológico que amenazó con sumir al mundo en un
conflicto nuclear, también encontró su resolución a través del diálogo. Las cumbres entre los
líderes nucleares, los acuerdos de limitación de armas y los canales de comunicación abiertos
permitieron evitar una posible catástrofe global.
En conflictos más recientes, y su incipiente camino en las mesa de negociación ha sido un
instrumento crucial para lograr el cese de hostilidades de momento, esta semana se ha
caracterizado por aquellas realizadas en Arabia Saudita y París.
Estos ejemplos históricos subrayan la importancia del diálogo como herramienta para la
resolución de conflictos. Aunque las guerras pudieran parecer inevitables e interminables en
ocasiones, la historia nos muestra que siempre existe la posibilidad de encontrar una vía
pacífica. Las mesas de negociación ofrecen un espacio para que las partes en conflicto
puedan expresar sus preocupaciones, encontrar puntos en común y llegar a acuerdos que
permitan poner fin.
Sin embargo, el diálogo no es una tarea fácil. Requiere voluntad política, compromiso y la
disposición de todas las partes para ceder en ciertos puntos. También requiere la participación
de mediadores imparciales que puedan facilitar las conversaciones y ayudar a encontrar
soluciones mutuamente aceptables.
En un mundo cada vez más complejo e interconectado, el diálogo se vuelve aún más crucial.
Los conflictos actuales, ya sean guerras civiles, disputas territoriales o enfrentamientos
ideológicos, exigen un enfoque pacífico y negociado. La historia nos enseña que la guerra
deja cicatrices profundas y duraderas, mientras que el diálogo ofrece la posibilidad de
construir un futuro más pacífico y próspero para todos.
Los diálogos siempre serán una vía, aunque el diálogo más importante será con uno mismo
para tener la paz anhelada.
@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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