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Revista

Amber Heard admite golpear a Johnny Depp, en audio filtrado

Amber Heard tuvo el infortunio de ser grabada mientras admitía golpear a Johnny Depp luego de que ambos se acusaran de violencia doméstica.

Fue amber quien inició con la demanda contra el protagonista de las películas «Piratas del Caribe» sin embargo ante esto el actor respondió de igual manera por lo que ambos tenían las mismas acusaciones.

Mucho se creyó que Heard había sido víctima de un bebedor compulsivo sin embargo la cara de la moneda dha dado un giro inesperado para Amber y probablemente conveniente para Johnny.

A pesar de que la violencia doméstica años atrás era algo característico hacia la mujer, lo cierto es que hoy en día no respeta género, dado a los antecedentes del actor se creía que era él quien arremetía en contra de su ex esposa Amber Heard, sin embargo parece ser que era algo recíproco.

Los bochornosos episodios de este matrimonio es algo que todo mundo conoce hasta el momento incluso tan fuertes han sido sus conflictos que se llegó hasta los juzgados con tal de probar quién de los dos tenía la razón pues ambos hicieron acusaciones contra el otro.

Muchos pensarán que los admiradores del actor apoyaban su versión solo porque tiene mayor trayectoria que Amber y es más famoso y conocido que ella sin embargo sus fans podrían tener razón al apoyarlo.

DailyMail obtuvo unos audios en donde Amber Heard admite haber golpeado a Depp, lo más preocupante de esto, es que ella misma admite que era incapaz de controlarse y cada que discutían respondía con violencia.

«No sé cuál fue el movimiento de mi mano real, pero estás bien, no te lastimé, no te di un puñetazo, solo te estaba pegando», según el diario es parte del audio en el que Amber admite su agresión contra Depp.

Agencias

Revista

Demasiado pronto para un smartphone: advierten sobre graves efectos en la salud mental de menores de 13 años

Un estudio global reciente ha encendido las alarmas sobre el impacto negativo de los smartphones en la salud mental de niños menores de 13 años. La investigación, publicada en el Journal of the Human Development and Capabilities, analizó respuestas autodeclaradas de casi 2 millones de personas en 163 países y encontró que cuanto antes un menor accede a un teléfono inteligente, más probabilidades hay de que experimente efectos perjudiciales.

Entre los hallazgos más preocupantes están el aumento de pensamientos suicidas, dificultades en la regulación emocional, baja autoestima y desconexión con la realidad. Los efectos fueron especialmente marcados en niñas.

“El uso temprano del smartphone suele implicar acceso prematuro a redes sociales, lo que a su vez puede desencadenar acoso digital, alteraciones del sueño y deterioro de las relaciones familiares”, explicó Tara Thiagarajan, autora principal del estudio y fundadora de la organización sin fines de lucro Sapien Labs, encargada del levantamiento de datos.

Un llamado urgente a la acción global

La contundencia de los resultados llevó a los investigadores a proponer restricciones internacionales que limiten el uso de smartphones y redes sociales a menores de 13 años. “Se requiere una acción inmediata y global para proteger a los niños de entornos digitales que aún no están preparados para gestionar con madurez”, afirmó Thiagarajan.

El estudio no solo se centró en indicadores comunes como ansiedad o depresión, sino que analizó aspectos menos explorados como la autoimagen y la capacidad de gestionar emociones, revelando una correlación directa entre el uso temprano de dispositivos y el deterioro del bienestar psicológico.

¿Qué pueden hacer los padres?

Expertos como Melissa Greenberg, psicóloga clínica del Princeton Psychotherapy Center, recomiendan iniciar conversaciones comunitarias entre padres para acordar de manera conjunta retrasar la entrega de teléfonos inteligentes a sus hijos. Iniciativas como “Wait Until 8th” («Espera hasta el 8vo grado» – Equivalente a 2do de Secundaria) permiten a las familias comprometerse colectivamente a posponer la entrega de dispositivos hasta después de los 13 años.

Asimismo, sugiere buscar escuelas con políticas estrictas sobre el uso de smartphones en campus o exigir cambios en los reglamentos escolares. Thiagarajan advierte que los padres no pueden enfrentar este problema solos: “Incluso si prohíbo a mis hijas usar redes sociales, estarán expuestas a ellas a través de otros niños en la escuela o eventos extracurriculares. Es un asunto social, no solo familiar”.

¿Y si ya tienen un teléfono?

Greenberg aconseja no caer en el pánico. “Si ya le diste un smartphone a tu hijo, puedes ajustar el rumbo”, asegura. Recomienda establecer controles parentales, desinstalar ciertas apps, cambiar a un teléfono básico o simplemente limitar el uso.

Para aquellos padres que enfrentan resistencia, sugiere esta frase:
“Cuando te dimos tu teléfono, no sabíamos todo lo que ahora sabemos sobre cómo podría afectarte. Los científicos están aprendiendo más cada día, y queremos hacer lo mejor para ti”.

Aceptar que también los adultos luchan contra el uso excesivo del celular puede ayudar a los menores a comprender que es una dificultad compartida.

Un punto de inflexión para la crianza

Investigadores como el psicólogo social Jonathan Haidt, autor del libro “The Anxious Generation”, coinciden en que retrasar el acceso a redes sociales hasta los 16 años es una de las mejores decisiones que pueden tomar los padres hoy.

La evidencia es clara: dar un smartphone a un niño antes de los 13 puede tener consecuencias serias y duraderas. En un mundo cada vez más digitalizado, tal vez la verdadera rebeldía —y protección— esté en apagar el teléfono.

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