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AMLO ordena investigación a fondo sobre asesinato de periodista Lourdes Maldonado

El jefe del Ejecutivo federal sostuvo que pronto se dará con los responsables dado que los gobiernos ya no mantienen relaciones de complicidad con los miembros del crimen organizado.

“En el caso de la compañera que fue asesinada en Tijuana, he dado instrucciones porque vamos a llevar a cabo una investigación a fondo.

“La diferencia, y es una ventaja, es que nosotros no permitimos la impunidad. Anteriormente había relaciones de complicidad, eso era el gobierno, una banda de malhechores, ahora no“, sostuvo el mandatario federal en conferencia de prensa desde Palacio Nacional.

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El tabasqueño reprochó a sus adversarios políticos el golpeteo que han hecho de la petición de protección que realizó la periodista en 2019 y señaló que en todo momento se canalizaron sus peticiones, no obstante, no pidió la protección federal.

“Dicen: ‘fue a pedir protección al presidente y miren lo que pasó’, como si no hubiésemos atendido a la compañera, como si no los hubiese importado y se dejó sin protección, porque esa es la idea que quieren proyectar de manera perversa”, dijo.

Ayer, la gobernadora de Baja California, Marina Del Pilar, informó que se designará a un fiscal especial tras el asesinato de dos comunicadores en menos de una semana: Margarito Esquivel y Lourdes Maldonado.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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