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México

AMLO se va con el récord de número de homicidios dolosos en México

La estrategia de seguridad “abrazos y no balazos” no dio los resultados esperados. El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador concluirá con casi 200,000 homicidios dolosos, un promedio de 92 mexicanos asesinados por día, lo que lo convierte en el sexenio más violento de toda la historia de México.

Tras dos sexenios de iniciada la llamada guerra contra el narcotráfico, que entre 2006 y 2018 había dejado más de 270,000 homicidios dolosos, el Ejecutivo federal ofreció atender personalmente la seguridad, combatir las causas de la violencia y crear una nueva institución para recuperar la paz.

Los números no estuvieron de su lado. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) entre el 1 de diciembre de 2018 hasta agosto de 2024, en México 196,505personas fueron víctimas de homicidio. Si a ese delito se suman los 5,227 feminicidios, la cifra llega a las 201,772 muertes violentas.

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El dato no es el final, pues aún falta que se sumen los homicidios y feminicidios de septiembre.

Lisa Sánchez, directora de la organización México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), considera que son varios los motivos por los que éste será el sexenio más violento de la historia de México.

“Cerramos el sexenio con el mayor número de víctimas de homicidio doloso de la historia moderna de México, hay varias razones alrededor de eso. Primero el fracaso al no haber podido crear realmente una Guardia Nacional civil y profesional, lo que vimos es que fue una corporación que se siguió poblando de militares, por otro lado, vimos una Fiscalía General de la República ausente y un abandono por completo de la procuración de justicia”, plantea.

Miguel Garza, director del Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C., (Insyde), considera que la estrategia falló porque no estuvo bases científicas. Un ejemplo de ello fue que el despliegue de militares no se realizó basado en evidencia ni de forma estratégica.

Reuniones diarias sin resultados

“Todos los días, a partir del lunes próximo, desde las 6 de la mañana encabezaré en el Palacio Nacional, la reunión del Gabinete de Seguridad para garantizar la paz y la tranquilidad a los mexicanos”, anunció la tarde del 1 de diciembre tras tomar posesión como presidente.

Y lo hizo. Durante alrededor de 1,400 días encabezó en Palacio Nacional o en alguna sede en los estados una reunión con los titulares de Seguridad, Defensa Nacional, Marina y Gobernación para recibir el reporte diario de homicidios, detenciones y enfrentamientos para decidir si se enviaba elementos de las Fuerzas Armadas o qué otras medidas debía tomar.

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De principio a fin de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó una reunión matutina con su gabinete para abordar la violencia en México. (Foto: Mario Jasso/Cuartoscuro.)

Aunque el presidente resalta que atendió de manera personal la inseguridad del país, los expertos consultados sostienen que las reuniones diarias del gabinete no tuvieron un gran impacto en la reducción de la violencia, sobre todo porque en esos encuentros se tomaron más decisiones de reacción que de prevención, entre ellas enviar más elementos de seguridad a estados que enfrentaban olas de violencia.

“Las reuniones del gabinete de seguridad fungieron fundamentalmente para ordenar el despliegue de militares y de fuerza federal, pero no así para dar cumplimiento a ese marco legal que ya se tenía, que preveía que en seis años se crearía la institucionalidad que se necesitaba para que los estados y los municipios tuvieran capacidad y para que la federación fuera un auxiliar efectivo”, dice Sánchez al recordar que durante este Gobierno se olvidó el fortalecimiento de las policías locales.

La violencia se extendió

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador pasará a la historia por ser el más inseguro, pero también en el cual la violencia se acentuó y extendió. Estados que estaban ajenos a la espiral de violencia hoy sufren de disputas entre organizaciones e incremento en delitos como extorsión, desplazamientos, robos, homicidios.

Guanajuato, Baja California, Estado de México, Chihuahua y Jalisco fueron las entidades donde más homicidios ocurrieron en este sexenio. De acuerdo con cifras oficiales, casi 4 de cada 10 delitos ocurrieron en esas entidades.

Mientras tanto, entidades que se habían mantenido ajenas a la violencia en este gobierno registraron repuntes en homicidios, disputas entre organizaciones criminales, desplazamientos forzados, incremento en extorsiones, entre ellos, están Tabasco, Zacatecas, Chiapas.

Para Lisa Sánchez, el acentuamiento de la violencia y que nuevas entidades se vieran afectadas por la inseguridad, es muestra de que este gobierno dejó en el abandono a algunos estados y en otros, la situación se les fue de las manos.

“Chiapas siempre ha tenido condiciones de violencia estructural, pero se les fue de las manos, Zacatecas fue otro, también Sonora fue otro estado donde la violencia creció mucho durante este sexenio mientras se reducía en el estado de Sinaloa. Veracruz es un estado que dio un deterioro muy importante en su seguridad. Guanajuato lo siguieron dejando que se consolidara como la entidad más violenta”, dice.

La violencia no inició con el Gobierno de López Obrador, pero sí fue en su administración dónde México marcó un nuevo récord en homicidios dolosos. Ahora las expectativas están puestas en que la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum, quien ha prometido una importante disminución en la incidencia, aunque ella, no ha querido hablar de cifras.

México

Murió la presidenta de la cámara de diputados: Ifigenia Martínez

El pasado 1 de octubre, Martínez presidió la toma de protesta de la presidenta Claudia Sheinbaum ante la Cámara de Diputados fue presidida por Ifigenia Martínez, una pionera de la lucha de las mujeres por el ejercicio de sus derechos políticos, así como de la lucha de las izquierdas en México.

La Dra. Ifigenia Martínez y Hernández nació el 16 de junio de 1925, estudió Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), obtuvo una maestría en la Universidad de Harvard, con lo que se convirtió en la primera mexicana en obtener ese grado en esa institución educativa. Décadas después también obtuvo un doctorado en Economía, también en Harvard.

Fue una de las cofundadoras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 1950; posteriormente fue profesora de Finanzas Públicas en su alma mater; también catedrática del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA); investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM; en 1967 fue nombrada como directora de la Escuela Nacional de Economía de la máxima casa de estudios.

Entre 1960 a 1967 publicó una serie de libros de gran importancia para el desarrollo del pensamiento económico en México, como: “La distribución del ingreso y el desarrollo económico de México”; “Política fiscal de México”; “Bases para la planeación económica y social de México”; “Sobrepoblación y desarrollo económico” y “Los incentivos fiscales en el desarrollo industrial de México”.

En 1968 participó en el Movimiento Estudiantil, cuando defendió la UNAM y luchó contra las acciones represoras del gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz, por lo que las autoridades la encerraron en una cárcel de la policía capitalina.

A finales de la década de 1950 fue asesora de Jaime Torres Bodet, cuando este fungió como secretario de Educación Pública. En 1966 fue nombrada la “Mujer del año” y ese mismo año se convirtió en titular de la jefatura de la Oficina de la Presidencia de la República y tuvo otros políticos, como subsecretaria de descentralización administrativa de la Secretaría de Hacienda; diputada federal de la L Legislatura por el PRI y ocupó la presidencia de la comisión de presupuesto; además, fue embajadora de México en Nueva York ante la ONU y miembro de la comisión consultiva de política exterior en la Secretaría de Relaciones Exteriores.

La economista fue una de las fundadoras de la coalición llamada Frente Democrático Nacional, junto con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, el cual impulsó la campaña presidencial de Cárdenas. Martínez fue la primera mujer electa como senadora por la Ciudad de México.

Al año siguiente, el 5 de mayo de 1989 ayudó a fundar el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el cual dejó décadas después, cuando el expresidente Andrés Manuel López Obrador dejó ese partido para fundar Morena. Martínez se unió a ese nuevo partido político.

En 2021 se le otorgó la condecoración del Senado de la República, Medalla Belisario Domínguez por su contribución a la justicia social y la equidad para la sociedad mexicana.

En este 2024, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que votó por Martínez en las elecciones presidenciales de este año, mientras que la economista se convirtió en diputada del Congreso de la Unión, cargo que ocupa desde el pasado 1 de septiembre.

Un mes después presidió la ceremonia de transición del Poder Ejecutivo en la tribuna de esa cámara, con ayuda y oxígeno debido a su avanzada edad y estado de salud, por lo que bromeó “híjole, apenas me sostengo”, al momento de tener que levantarse para tomar la banda presidencial de López Obrador, por lo que no pudo colocársela a Sheinbaum y ella misma tuvo que tomarla de la mano del ahora exmandatario y del hombro de la luchadora política.

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