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Opinión

André Marín: El doloroso costo del estrés. Por Sigrid Moctezuma.

El mundo del periodismo deportivo mexicano se encuentra de luto tras el fallecimiento de una figura emblemática cuya pasión y dedicación marcaron un antes y un después en los programas de debate deportivo y en la narración de partidos de fútbol.

Conocido por su agudeza y estilo inconfundible, André Marín dejó una huella imborrable en la industria. Su carrera, que abarcó más de dos décadas, estuvo marcada por una entrega total a su profesión. Desde sus primeros pasos en medios impresos hasta su consolidación en la televisión, se distinguió por su capacidad para ofrecer análisis profundos y opiniones contundentes que capturaron la atención de miles de aficionados.

Inició su trayectoria con un enfoque incisivo que pronto lo llevó a la televisión, donde su presencia se convirtió en sinónimo de rigor y conocimiento. Trabajó en diversos medios, incluyendo TV Azteca y FOX Sports, destacándose en programas de alto perfil como “La Última Palabra”. Su habilidad para abordar temas controversiales y su estilo directo lo convirtieron en una voz influyente en el ámbito deportivo.

A pesar de su éxito profesional, el intenso ritmo de trabajo y la presión constante del medio tuvieron un costo significativo en su salud. Enfrentó problemas provocados por el estrés, como enfermedades digestivas, pulmonares y cardiacas, que lamentablemente llevaron a su prematuro fallecimiento. Su historia subraya los desafíos que enfrentan quienes se entregan completamente a sus carreras, a menudo a expensas de su bienestar personal.

Este triste suceso ocurre en septiembre, mes dedicado a la concientización sobre la salud mental, invitándonos a reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestro bienestar emocional y psicológico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés laboral es responsable de aproximadamente el 50% de las bajas laborales a nivel mundial. Además, se estima que el estrés crónico puede incrementar el riesgo de enfermedades cardíacas en un 30% y afectar negativamente la calidad de vida.

El caso de Marín subraya la necesidad de prestar atención a los signos de estrés y burnout, especialmente en profesiones de alta presión. Es un momento oportuno para recordar que la salud mental es una prioridad en nuestra vida.

Es importante adoptar prácticas que promuevan la desconexión mental y el autocuidado como establecer tiempos específicos para el descanso, practicar actividades que proporcionen relajación y satisfacción personal, como la meditación, el ejercicio regular o simplemente dedicar tiempo al ejercicio y a hobbies, de modo que ayudemos a reducir el estrés y mejoremos nuestro bienestar general.

El adiós a André Marín es un momento de reflexión social. Su vida y carrera sirven como un recordatorio del equilibrio necesario y aunque su presencia ya no estará en el aire, su legado perdurará a través de las innumerables coberturas y comentarios que marcaron una era en el periodismo deportivo mexicano.

Descanse en paz. Su contribución al deporte será recordada con admiración y gratitud. Y mientras lo honramos, no olvidemos cuidar de nosotros mismos y de nuestra salud mental.

Opinión

Diálogos. Por Raúl Saucedo

El Eco de la Paz

En el crisol de la historia, las disputas bélicas han dejado cicatrices profundas en el tejido de
la humanidad. Sin embargo, en medio del estruendo de los cañones y las balas metrallas, ha
persistido un susurro: El Diálogo. A lo largo de los siglos, las mesas de negociación han
emergido como esperanza, ofreciendo una vía para la resolución de conflictos y el cese de
hostilidades entre grupos, ideas y naciones.
Desde la antigüedad, encontramos ejemplos donde el diálogo ha prevalecido sobre la espada.
Las guerras médicas entre griegos y persas culminaron en la Paz de Calias, un acuerdo
negociado que marcó el fin de décadas de conflicto. En la Edad Media, los tratados de paz
entre reinos enfrentados, como el Tratado de Verdún, establecieron las bases para una nueva
configuración política en Europa.
En tiempos más recientes, la Primera Guerra Mundial, un conflicto de proporciones
colosales, finalmente encontró su conclusión en el Tratado de Versalles. Aunque
controvertido, este acuerdo buscó sentar las bases para una paz duradera. La Segunda Guerra
Mundial, con su devastación sin precedentes en el mundo moderno, también llegó a su fin a
través de negociaciones y acuerdos entre las potencias.
La Guerra Fría, un enfrentamiento ideológico que amenazó con sumir al mundo en un
conflicto nuclear, también encontró su resolución a través del diálogo. Las cumbres entre los
líderes nucleares, los acuerdos de limitación de armas y los canales de comunicación abiertos
permitieron evitar una posible catástrofe global.
En conflictos más recientes, y su incipiente camino en las mesa de negociación ha sido un
instrumento crucial para lograr el cese de hostilidades de momento, esta semana se ha
caracterizado por aquellas realizadas en Arabia Saudita y París.
Estos ejemplos históricos subrayan la importancia del diálogo como herramienta para la
resolución de conflictos. Aunque las guerras pudieran parecer inevitables e interminables en
ocasiones, la historia nos muestra que siempre existe la posibilidad de encontrar una vía
pacífica. Las mesas de negociación ofrecen un espacio para que las partes en conflicto
puedan expresar sus preocupaciones, encontrar puntos en común y llegar a acuerdos que
permitan poner fin.
Sin embargo, el diálogo no es una tarea fácil. Requiere voluntad política, compromiso y la
disposición de todas las partes para ceder en ciertos puntos. También requiere la participación
de mediadores imparciales que puedan facilitar las conversaciones y ayudar a encontrar
soluciones mutuamente aceptables.
En un mundo cada vez más complejo e interconectado, el diálogo se vuelve aún más crucial.
Los conflictos actuales, ya sean guerras civiles, disputas territoriales o enfrentamientos
ideológicos, exigen un enfoque pacífico y negociado. La historia nos enseña que la guerra
deja cicatrices profundas y duraderas, mientras que el diálogo ofrece la posibilidad de
construir un futuro más pacífico y próspero para todos.
Los diálogos siempre serán una vía, aunque el diálogo más importante será con uno mismo
para tener la paz anhelada.
@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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