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Ciencia y Tecnología

Antes del amanecer será el mejor momento para ver las Oriónidas

Los amantes de la astronomía podrán deleitarse al observar, a simple vista, la lluvia de estrellas Oriónidas que ocurrirá esta noche y la madrugada de este jueves en la República Mexicana.

Pero para quienes no tengan oportunidad de apreciarla debido a la contaminación atmosférica o lumínica, podrán hacerlo mediante la página de Internet de la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio (NASA).

El organismo estadunidense explica que este fenómeno astronómico ocurre cada año durante octubre, debido a que la Tierra pasa por una corriente de escombros polvorosos que provienen del cometa Halley, y el cielo, antes del amanecer, puede iluminarse con un bello despliegue de estrellas fugaces.

Este año, “probablemente, la lluvia mostrará una actividad más débil de lo habitual este año,» señaló el jefe de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoros de la NASA, Bill Cooke, quien detalló que “los trozos de polvo del cometa que golpean la atmósfera supondrán una docena de meteoros por hora”.

Dijo que el mejor momento para observarlas será justo antes del amanecer del jueves, cuando la Tierra se encuentra con la parte más densa de la corriente de desechos del cometa Halley.
En su página en español, la NASA aseguró que la lluvia está rodeada de las estrellas más brillantes del cielo, como las constelaciones de Tauro, Géminis y Orión, las cuales aportan un brillante telón de fondo para el espectáculo.

La estrella más brillante de todas es Sirio que está ubicada debajo del pie izquierdo de Orión, el cual es un buen lugar para apuntar la cámara mientras espera los meteoros, agregó.

El especialista sugirió ir afuera una o dos horas antes de que salga el Sol, cuando el cielo esté oscuro y mirar sobre la cabeza, para ubicar la constelación de Orión.

“Recuéstese sobre una manta, en un sitio abierto que le permita ver todo el cielo. A pesar de que la constelación de las Oriónidas emerge desde una pequeña área ubicada cerca del hombro de Orión, los meteoros inundarán todo el cielo”.

“Los meteoros del cometa Halley atraviesan la atmósfera de la Tierra a unos 238 mil kilómetros por hora. Únicamente las Leónidas, que llegan en noviembre, son más rápidas”.

Cooke comentó que la velocidad es importante porque los meteoros rápidos tienen tendencia a explotar. Ocasionalmente, las bolas de fuego de las Oriónidas dejan corrientes de escombros incandescentes que duran varios minutos.

Tales filamentos de “humo de meteoro”, torcidos por los vientos en la atmósfera superior, adoptan formas retorcidas que pueden incluso ser más lindas que los meteoros mismos, agregó.

A su vez, el astrónomo Wilder Chicana Nuncebay explicó que las estrellas fugaces no son estrellas sino meteoros, es decir objetos sólidos con diferentes tamaños que brillan al ingresar a la Tierra, por la fricción con la atmósfera.

Si bien, las Oriónidas “tienen una tasa hasta 60 cuerpos por hora, sólo dos o tres son muy brillantes, por lo que dependiendo de la cantidad de contaminación atmosférica y luminosa del lugar donde se encuentre una persona se podrán avistar entre seis y 12 por hora”.

Así, el fenómeno astronómico se apreciará más en lugares muy oscuros como el sureste del país o en desiertos, y zonas alejadas de las ciudades, comentó en entrevista con Notimex el responsable del área de Astronomía y Ciencias del Espacio del Planetario Luis Enrique Erro del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Dijo que esta lluvia de estrellas debe su nombre porque se observa como si saliera de la constelación de Orión, la cual puede identificarse junto a las tres estrellas brillantes conocidas como de los Reyes Magos, que se ven a las 21:00 horas cerca del cenit.

Los trazos brillantes de los meteoros podrán verse a simple vista sin necesidad de telescopios, apuntó Chicana Nuncebay, quien agregó que el 17 de noviembre se apreciará una lluvia de estrellas Leonidas.

Fuente Excélsior

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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