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Policiaca

Aplica la DSPM programa D.AR.E. en escuela primaria División del Norte

Como parte de los esquemas informativos que implementa la Policía Municipal, se aplicará el programa de prevención en el consumo de las drogas denominado D.A.R.E. (por sus siglas en inglés, Drugs Abuse Resistence Education), en la escuela, División del Norte, de la colonia Parral.

Como parte de los esquemas informativos que implementa la Policía Municipal, se aplicará el programa de prevención en el consumo de las drogas denominado D.A.R.E. (por sus siglas en inglés, Drugs Abuse Resistence Education), en la escuela, División del Norte, de la colonia Parral.

De acuerdo a la mecánica de este importante método informativo, serán dieciséis semanas en las que diferentes grupos de niños y jóvenes recibirán pláticas para no caer en las redes de las adicciones.

Esta mañana el grupo D.A.R.E. de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, integrado por elementos capacitados, se presentó ante la comunidad escolar de la institución primaria, integrada por maestros, alumnos y representantes de padres de familia, para dar inicio a la capacitación de los muchachos.

La DSPM cuenta con el respaldo de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC´s) como la Fundación de Empresariado Chihuahuense (FECHAC) y otras, para realizar esta cruzada informativa para tratar de evitar el consumo de drogas en las instituciones educativas.

En lo que va del año se han capacitado miles de niños y jóvenes, desde preescolar, primaria y secundaria, así como cientos de padres de familia que han conocido los riesgos que representan el consumo de sustancias tóxicas.

Con el arranque en la primaria División del Norte, después del periodo vacacional de Semana Santa, se da continuidad a las acciones que realiza el equipo D.A.R.E. en decenas de escuelas de esta ciudad.

foto boletín 508

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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