La reapertura, que el Gobierno espera que se produzca antes de que finalice el mes de octubre, tendrá lugar más de siete meses después de que la legación diplomática cerrara sus puertas debido a la invasión rusa de Ucrania, que comenzó a finales de febrero.
La medida se enmarca en la reanudación de las operaciones diplomáticas en Ucrania por parte de los países que forman parte del G7 –Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido–, según informaciones de la agencia de noticias Kiodo.
Así, las autoridades niponas han hecho hincapié en una mejora de la situación en materia de seguridad en la capital ucraniana, Kiev, donde se encuentran las Embajadas.
La reanudación de las operaciones supone una muestra de unidad entre los miembros del G7, que han tratado de ejercer una creciente presión sobre Rusia a raíz de la invasión, especialmente mediante la imposición de sanciones.
El ministro de Exteriores, Yoshimasa Hayashi, ha indicado que la reapertura es «vital para la comunicación entre Ucrania y Japón». El pasado mes de marzo, los trabajadores diplomáticos se trasladaron a la ciudad de Leópolis, si bien tuvieron que abandonar también dicha localidad ante el avance de las tropas rusas en el este del país.
Desde entonces, el Gobierno del primer ministro, Fumio Kishida, ha trasladado su apoyo al pueblo ucraniano desde la Embajada más cercana, la de Varsovia, así como desde su oficina de enlace en la ciudad de Rzeszow.
Kishida se reunió el mes pasado con el primer ministro ucraniano, Denis Shmihal en el marco de la Asamblea General de la ONU. El resto de países del G7 reabrieron las Embajadas entre los meses de abril y mayo.