Argelia ha abandonado a su suerte a más de 13 mil migrantes en el desierto del Sahara en los últimos 14 meses, entre ellos una mujer embarazada y niños, tras expulsarlos sin agua ni comida y obligarlos a caminar bajo un sol ardiente, a veces amedrentándolos con armas de fuego. Algunos no sobreviven.
Es posible divisar a los cientos de migrantes expulsados en el horizonte, donde parecen manchas a la distancia, bajo temperaturas elevadas de hasta 48 grados Centígrados (118 F).
En Níger, hacia donde van la mayoría, los afortunados cruzan 15 kilómetros por un territorio desolado y llegan rengueando hasta la aldea fronteriza de Assamaka. Otros vagan sin rumbo durante días hasta que un equipo de rescate de Naciones Unidas pueda encontrarlos. Un número desconocido perece. De casi 25 sobrevivientes entrevistados por The Associated Press, casi todos relataron que personas de sus grupos simplemente desaparecieron en el Sahara.
Ju Dennis, de Liberia, sostiene su teléfono con el cual filma su situación en el Sahara después de haber sido expulsado de Argelia (AP)
“Había cadáveres de mujeres, hombres… Otras personas se extravían en el desierto porque no conocen el camino”, dijo Janet Kamara, que estaba embarazada en ese momento. “Todos iban a su suerte”.
Con una voz casi insensible, Kamara contó haber pasado al menos dos noches en el desierto antes de que su grupo fuera rescatado, aunque señaló haber perdido la noción del tiempo.
“Perdí a mi hijo, mi bebé”, dijo Kamara, que es liberiana.
Una mujer de veintitantos años también dio a luz y perdió a su bebé, agregó.
Desde 2017, Argelia ha incrementado las expulsiones de personas a gran escala después de que la Unión Europea renovara sus exigencias a los países del norte de África de que impidan a migrantes dirigirse a Europa por el mar Mediterráneo o por las barreras de los enclaves españoles.
Un portavoz de la Unión europea dijo que el bloque está enterado de las acciones de Argelia, pero señaló que los “países soberanos” pueden expulsar a migrantes si cumplen con el derecho internacional. A diferencia de Níger, Argelia no obtiene recursos de la UE para enfrentar la crisis por las migraciones, aunque recibió una asistencia europea de 111,3 millones de 2014 a 2017.
Argelia mantiene el hermetismo en torno a las cifras de expulsiones involuntarias. Sin embargo, el número de personas que cruzan hasta Níger va en aumento desde que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) comenzó un conteo en mayo de 2017, con 135 personas abandonadas, y 2.888 en abril de 2018. En total, según la OIM, 11.276 hombres, mujeres y niños han sobrevivido a la marcha.
Por lo menos otros 2.500 migrantes fueron obligados a dirigirse en circunstancias similares a la vecina Mali y se desconoce cuántos sucumbieron en el trayecto.
Los migrantes con los que conversó la AP relataron que los tuvieron detenidos por centenares, luego los apiñaron en camiones de carga para trasladarlos durante horas hasta un lugar conocido como Punto Cero, donde los abandonaron en el desierto en dirección a Níger. A veces tuvieron que emprender la marcha amedrentados por armas de fuego.
“Había gente que ya no podía. Se sentaron y los dejamos. Sufrían demasiado”, dijo Aliou Kande, un senegalés de 18 años.
Con información de AP