La directora del Programa de las Américas para la Política Internacional, Laura Carlsen, opinó que la política migratoria del presidente Donald Trump, que ha vuelto más vulnerables a los connacionales, ha significado también todo un negocio para los centros privados de detención de migrantes.
Tal es el caso de Corporación de Correccionales de América (CCA) y otra denominada GEO, dos empresas principalmente y si uno ve con la bolsa, en el mercado de valores, después del triunfo de Trump, estos fueron los sectores en donde se disparó el valor de sus acciones», afirmó en entrevista.
Se trata, explicó a Notimex, de un «negocio» y están esperando tener buenos tiempos con la administración Trump, dado que el vecino país del norte cuenta con centros federales y estatales, propiedad del gobierno, cuyo manejo está a cargo de compañías privadas.
Además, hay otros centros que son totalmente privados que participan en el negocio de mantener en prisión a los inmigrantes indocumentados, añadió.
La activista expuso que durante la administración del expresidente Barack Obama se anunció que «se iba a terminar con los centros de detención familiares, pero también con el uso de centros privados de detención de migrantes en Estados Unidos porque tenían una lógica perversa».
Lo cierto, resumió Laura Carlsen, es que se trata de «un negocio que necesita presos (…) en la política hay un incentivo para meter a la gente que su único delito ha sido ir buscando trabajo».
A pregunta expresa, indicó que si bien hasta el momento no se ha observado un número masivo de deportaciones, «el impacto principal es un ambiente de miedo que ha generado retornados que no quieren esperar a que los agarren».
Lo anterior, «porque hay gran probabilidad de que no solo sean deportados (a México) sino detenidos para levantar al negocio de las cárceles privadas antes de ser deportados».
Precisó que la primera «ola de redadas» ha sido es relativamente pequeña, sin embargo, las autoridades migratorias estadounidenses «están agarrando a gente de criminales y en realidad, su único crimen es ser indocumentado, que no cuenta con un visado» o con sus papeles el orden.
La directora del Programa de las Américas para la Política Internacional hizo notar que reportes de diversas organizaciones sobre el ambiente que se vive en diferentes lugares de la unión americana «son muy graves desde el punto de vista de las necesidades (de los migrantes) y de las políticas migratorias».
En este marco, destacó la urgencia de que se refuerce el apoyo que otorga el gobierno mexicano a través de los 50 consulados ubicados en Estados Unidos, los cuales, en su opinión, resultan insuficientes ante la demanda que se ha presentado.
Incluso, puntualizó, se tiene conocimiento de empresas estadounidenses que no han logrado levantar sus cosechas, «pues los migrantes tienen miedo de reportarse a trabajar o de cruzar para buscar algún trabajo».
Excelsior