Dos bomberos murieron a balazos luego de resistirse a un asalto en la avenida Gustavo Baz en Echegaray, Naucalpan, Estado de México.
Los bomberos de Villa Nicolás Estado de México y una mujer acudieron al banco para retirar 35 mil pesos dinero en efectivo de un préstamo que les realizaron.
Circulaban por la avenida Gustavo Baz a bordo de un vehículo Nissan azul oscuro con matrícula LTS 1566. En el semáforo que está a la altura de la calzada San Agustín fueron interceptados por dos motociclistas.
Versiones de testigos señalan que las víctimas se negaron a entregar el dinero, y los criminales les dispararon, los despojaron del efectivo y huyeron rumbo Mario Colín.
Uno de ellos quedó en el interior del automóvil; murió casi instantáneamente. Su compañero alcanzó a bajar y pedir auxilio, pero falleció sobre una banqueta cuando llegó la ambulancia. De manera preliminar fueron identificados como Abraham Xochipa y Pedro Ambrosio.
El Director del Cuerpo de bomberos de la Ciudad de México, Raúl Esquivel, lamentó los acontecimientos.
Ante el asesinato, compañeros y colegas exigieron a las autoridades actuar contra la inseguridad que azota en Naucalpan.
“Donde cada vez se parece más a Neza o Ecapetec. Autoridades hagan algo ya”, exclama en su Twitter un integrante del cuerpo de bomberos de Tlalnepantla .
DOS ASALTOS SEGUIDOS
Ayer un asalto a un camión de transporte público en la Delegación Tláhuac desató una balacera entre los criminales y un militar, lo que dejó dos muertos y nueve heridos. Además del atraco a los bomberos, la noche de ayer un camión que circulaba sobre la carretera México-Puebla a la altura de la Delegación Iztapalapa también fue interceptado por delincuentes.
Durante la madrugada del miércoles, cerca de las 06:20 horas, una unidad de la Ruta 50 con placas 0500273 circulaba por las calles Teófilo Onofre y Guillermo Prieto, en la Colonia La Conchita, cuando al menos tres hombres armados se subieron al vehículo con la intención de despojar a los pasajeros de sus respectivas pertenencias.
Según los testigos, en el camión viajaba un militar de 42 años, quien armado con una pistola calibre nueve milímetros, se dispuso a enfrentar a los asaltantes.
Como resultado, el asalto derivó en balacera, resultando herido el militar, uno de los asaltantes y al menos ocho personas más.
Tras el incidente, los demás agresores lograron huir del lugar de los hechos.
En tanto, un camión que circulaba sobre la carretera México-Puebla a la altura de la Delegación Iztapalapa fue asaltado, lo que provocó dos muertos, un herido y ningún detenido.
Pasadas las 21:00 horas de la noche de este miércoles, según testigos, al menos dos individuos abordaron el autotransporte que corría del Paradero Pantitlán al Paradero de la Caseta Vieja en el Municipio de Chalco, Estado de México, con la intención de privar a los pasajeros de sus pertenencias.
Durante el asalto, se reportó que algunos pasajeros se opusieron a entregar sus objetos de valor por lo que los agresores respondieron con disparos de arma de fuego.
En la actual era de la inmediatez y la conectividad a nivel mundial, donde la información
viaja a la velocidad de la luz, es fácil olvidar la importancia de las arterias que mueven el
mundo físico: las vías férreas son ejemplo de ello. Los trenes como gigantes de acero que
surcan valles y montañas, no son sólo reliquias del pasado, sino fueron clave fundamental
para el desarrollo económico y social de las naciones, y México fue la excepción.
A lo largo de la historia, el ferrocarril ha sido sinónimo de progreso. Desde la Revolución
Industrial, las vías férreas han tejido lazos entre pueblos y comunidades, impulsando el
comercio, la industria, el turismo y el intercambio cultural. Países como Estados Unidos,
China y Japón son ejemplos claros de cómo una robusta red ferroviaria puede ser el motor de
un crecimiento económico sostenido.
En México, la historia del ferrocarril está ligada a la propia construcción del país. El «Caballo
de Hierro», como se le conoció en el siglo XIX, unió a una nación fragmentada por la
geografía y las diferencias sociales regionales. Sin embargo, a pesar de su glorioso pasado, el
sistema ferroviario mexicano ha sufrido un prolongado periodo de abandono y desinversión.
Hoy, en un momento en que México busca consolidarse como una potencia regional y lograr
un desarrollo más equilibrado y sustentable, es imperativo revalorizar el papel del ferrocarril.
La construcción de nuevas líneas, la modernización de la infraestructura existente y la
promoción del transporte ferroviario de carga y pasajeros son acciones estratégicas que deben
estar en el centro de la agenda nacional.
Los beneficios de un sistema ferroviario eficiente reduce los costos de transporte, facilita el
comercio interior y exterior, y promueve la inversión en diversos sectores productivos,
permite conectar zonas marginadas con los principales centros urbanos e industriales,
impulsando el desarrollo local y la creación de empleos y un sistema ferroviario eficiente
ofrece una alternativa de transporte segura, cómoda y accesible para la población.
La actual administración federal ha mostrado un interés renovado en el desarrollo ferroviario,
con proyectos emblemáticos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de
Tehuantepec, así como las futuras líneas a Nogales, Veracruz, Nuevo Laredo, Querétaro y
Pachuca.
Con estas obras México recuperara su vocación ferroviaria y aprovechara a mi parecer el
potencial de este medio de transporte para impulsar su desarrollo hacia el futuro.
El motivo esta columna semanal viene a alusión de mis reflexiones de ventana en un vagón
de tren mientras cruzaba la península de la hermana república de Yucatán y en mi cabeza
recordaba aquella canción compuesta en una tertulias universitaria que decía…”En las Vías
de la Facultad”