La luna brinda un inusual triple espectáculo cósmico el miércoles: por primera vez en 37 años, una superluna coincide con luna azul y un eclipse lunar total.
El oeste de Estados Unidos, junto con Rusia, pudieron disfrutar del espectáculo. En cambio, la costa atlántica de Estados Unidos, Europa, la mayor parte de América Latina y África no pudieron ver el eclipse.
Se llama luna azul al segundo plenilunio en un mes calendario. Esta vez coincidió con el perigeo de la luna, el punto de la órbita en que nuestro satélite está más cerca de la Tierra, lo que permite una visión más grande y brillante que lo habitual. Si a esto se suma un eclipse total, también llamado luna sangrienta por su color rojizo, el espectáculo es algo de recordar.
La NASA lo llama la trifecta lunar, la primera superluna azul sangrienta desde 1982, una combinación que no se repetirá hasta el 2037.
El eclipse lunar se produce cuando el sol, la Tierra y la luna están perfectamente alineados y la sombra del planeta se proyecta sobre su satélite.
Los científicos se aprestan a medir la brusca caída de la temperatura en la superficie lunar. Durante la totalidad, que durará más de una hora, la temperatura caerá 38 grados (100 Fahrenheit), dijo el científico Noah Petro, del Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland. Petro está a cargo del “Lunar Reconnaissance Orbiter”, una nave que rodea la luna desde el 2009. Su equipo tomará precauciones especiales para que la sonda no se enfríe durante el eclipse.
Esto para los aficionados a los detalles numéricos: la luna se encontrará a 360.200 kilómetros (223.820 millas) en el pico del eclipse.