Para los ciudadanos es cada vez más difícil lidiar con el constante incremento de precio del gas. En 10 meses, ha incrementado su costo en 41.6 por ciento en promedio nacional, pero ha llegado hasta el 60 por ciento en estados como Quintana Roo, según la Comisión Reguladora de Energía.
“Compro, por ejemplo, frijoles o huevo para poder comprar el gas, o de plano hacer huevos nada más para comer y completar el gas”, María Elena Botello, vecina de la colonia Portales.
A los pequeños comerciantes los ha obligado a tomar medidas que se ven reflejadas en las cartas de los productos que ofertan. En enero de este año, el kilogramo de gas LP costaba 13.08 pesos; en octubre, ascendió a 19.94 pesos.
“El caldo te lleva un tiempo de cocción de 10 a 15 minutos dependiendo de la cantidad, entonces si tú dabas un caldo en 30 pesos lo tienes que dar en 40 pesos”, afirma Alejandro López, dueño de una marisquería en el mercado de Portales.
La elaboración y consumo de los alimentos es cada día más cara. Siete de cada diez hogares mexicanos, utilizan el gas licuado como su principal combustible.
“He tenido que aumentar la pancita; a mí ese alimento me llega completamente crudo, tarda 12 horas en cocerse, entonces imagina 12 horas en con el gas, tuve que aumentar cinco pesos y ya cinco pesos a la clientela si le pega”, asegura Rocío González, propietaria de Los Volcancitos.
Los estados más afectados por el incremento del gas LP son Quintana Roo, Tamaulipas, Coahuila y Baja California.
Ante el incremento, Profeco recomienda, entre otras medidas, mantener cerrados los pilotos y recubrir con papel aluminio las charolas que rodean las hornillas para concentrar el calor. Más información en www.profeco.gob.mx