El aumento del precio de los alimentos y el impacto de la crisis de 2008 hacen que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) determine, desde ahora, que “la pobreza tendería a aumentar en este año.
A pesar de que reporta avances en la cobertura de servicios básicos en educación, salud y vivienda, dice que no crece a la misma “velocidad” la calidad con la que se ofrecen a los más pobres del país, afirma en entrevista con EL UNIVERSAL, Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Coneval.
A unos días de que el Consejo haga pública la más reciente medición de pobreza en México, prevista para el 23 de julio, el funcionario asegura que el número de familias en condición de precariedad tendería a aumentar en el país debido a que al medir sus ingreso no les ha ido muy bien por el aumento de precios en los alimentos.
En la última medición de 2012, 53.3 millones de personas en el país se encontraban en condiciones de pobreza, de las cuales 11.5 millones presentaban pobreza extrema.
Los mayores problemas que se habían encontrado en ese momento eran la falta de acceso a la educación, salud, vivienda, alimentación y seguridad social.
El secretario ejecutivo de Coneval también considera que los cambios realizados a la política social, como la transformación de Oportunidades a Prospera no se verán reflejados en la medición de la pobreza que den a conocer, debido a que son recientes.
¿Qué se prevé de los resultados de la medición de la pobreza? ¿Bajará o aumentará?
—Por varios años podemos ver que hoy las familias, especialmente aquellas en condiciones de pobreza y pobreza extrema, tienen mejor calidad de sus pisos, pisos firmes, mejor calidad de sus hogares, agua potable, electricidad, drenaje, servicios básicos a la vivienda. Ha avanzado esa cobertura. Todo eso ha venido mejorando. Si nada más viéramos ese elemento, podríamos decir que la pobreza tendería a bajar.
Pero vemos que el otro pilar, el del ingreso familiar, no le ha ido tan bien. Por varios años, yo diría desde el año 2007, que empezaron los precios de los alimentos a subir y luego con la crisis de 2008 y la volatilidad de precios, el ingreso de las familias no se ha recuperado. Si los ingresos y el poder adquisitivo de las familias ha bajado, pues esa es una noticia que no es favorable para la pobreza. Por ese efecto la pobreza tendería a aumentar, por lo tanto el número final de la pobreza que daremos a conocer va a depender de qué fuerza es el aumento de coberturas básicas o la reducción relativa del ingreso de las familias. No todo está mal. Estamos viendo que aunque la pobreza llegara a subir, hay aumentos de coberturas básicas que son importantes. A ver de qué manera usamos las cifras de pobreza más que calificar o politizar para usarlas en mejorar.
¿Entre 2012 y 2014 hubo mayor poder adquisitivo de las familias para comprar la canasta básica?
—Los datos dicen que no, parecería que el ingreso, sobre todo al que se deriva del trabajo de las familias, no le ha ido muy bien, solamente en 2015 tuvo un pequeño repunte. Por eso, dado que este ingreso laboral de las familias está representado en la medición de la pobreza, hay que analizar ese efecto, pues tendería a subir la pobreza. Pero sigue siendo un tema importante de analizar el hecho de que por 30 años el ingreso de las familias mexicanas prácticamente no ha subido o ha bajado marginalmente, y para mejorarlo debería haber un aumento de la productividad, que a veces es un elemento tan difícil de medir. Hay un factor que hay que terminar de analizar mejor, si la reforma fiscal se utilizó para darle mayores transferencias a la población en pobreza. Vamos a ver si el ingreso de las familias más pobres se vio beneficiado mediante la vía de transferencias gubernamentales por tener más recaudación en el país.
¿Qué impacto tendrá la reforma fiscal sobre la reducción de la pobreza?
—No vamos a enfatizar en las razones concretas, eso hay que analizarlo después. Si hubo un efecto, se reflejará en lo que le haya pasado al precio en la inflación y en los alimentos en 2014. La historia de 2015 ya es un poco diferente. Si tú recuerdas, en el primer trimestre de 2015, comparándolo con el último trimestre de 2014, la inflación bajó, y no solamente eso, sino que los precios bajaron en algunos rubros, esto tiene un impacto positivo en el ingreso.
¿Podemos resumir que hubo un aumento del gasto en los servicios, pero la calidad no mejora?
—El aumento del gasto se ha traducido especialmente en estas coberturas a las familias, en el caso educativo y de salud, ese gasto no se ha traducido automáticamente en mejorar la calidad de esos servicios. Por supuesto se hizo todo una reforma educativa para que eventualmente la calidad de la educación mejore. Eso no va a suceder mañana, como sociedad, pensemos que no solamente la cobertura es importante, sino también la calidad y hay que irlo midiendo. Este reto de aumentar la calidad es responsabilidad del gobierno federal y los gobiernos locales tienen que estar presentes, e insisto, independientemente de si la pobreza sube o incluso baja.
¿Qué factores van a condicionar o van a tomar en cuenta para interpretar los resultados? ¿Se verá reflejado en esta medición el cambio de Oportunidades a Prospera?
—Yo creo que todavía no, Prospera cambió apenas en diciembre. De hecho siguen en el esquema de diseñar mejor y de hacer una liga más clara entre Prospera y los programas productivos, entonces yo no creo que el elemento de Prospera o algunos cambios recientes se reflejen en la medición de pobreza, esperemos que se reflejen en las mediciones siguientes, tanto el tema de Prospera como el arreglo productivo que se está buscando hacer en el campo. Yo creo que esos cambios recientes no se van a contemplar en esta medición que llega hasta 2014.
¿Cómo ve la propuesta de fusión entre Prospera y el programa de apoyo alimentario?
—Parecería que esa fusión puede ser una buena idea bajo las siguientes condiciones. Cuando se crea el programa alimentario por la Sedesol en 2004, era básicamente un pre Oportunidades, es decir, apoyemos a las familias a las que Oportunidades o Prospera no llega, porque no tiene centro de salud y centro educativo. Prospera no puede llegar ahí porque sólo funciona con comunidades con escuela y centro de salud. El programa de apoyo alimentario era darle a las familias los tres beneficios de Oportunidades, es decir, educación, salud y nutrición, mientras llega el centro de salud y el centro educativo, para que después esas familias puedan tener el completo Oportunidades. Si juntas a las dos poblaciones, Prospera y el programa de apoyo alimentario nos parece que puede ser una buena idea.
¿Cómo considera los ajustes que se están haciendo para el presupuesto base cero?
—Nos da gusto que haya un presupuesto base cero y que se quiera hacer una cosa diferente a los años anteriores. Hagamos un alto y veamos con claridad qué retos tenemos y a dónde queremos llegar. La sugerencia que le hacemos a Hacienda y al gobierno federal es que en materia social tengamos un objetivo claro y de preferencia medible. Hay fusiones que parecieran lógicas, otros cambios que hemos dicho que eran foco amarillo porque cuando tenemos un programa único de la fusión de cinco, no sabemos con claridad cuál es el objetivo final.
¿Cómo evaluaría las políticas públicas para reducir la pobreza?
—Vemos con la Cruzada contra el Hambre una mayor coordinación entre secretarías de la que había antes. ¿Qué creemos que se puede mejorar? Un par de cosas. Una mayor claridad de las cifras que tiene el gobierno respecto a la Cruzada. Un segundo reto, es en el tema de participación social, de cómo a través del programa se puede pedir el punto de vista a la población sobre sus necesidades.
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