Agentes de policía estadunidenses abatieron a casi mil personas en 2017, una cifra ligeramente superior a la del año anterior, según un recuento publicado este lunes por The Washington Post.
En total, 987 personas perdieron la vida por disparos de policías el año pasado, frente a 963 en 2016 y 995 en 2015, indicó el diario, que lleva la cuenta de los tiroteos con presencia policial desde 2015, siguiendo datos de la prensa local, publicaciones oficiales y redes sociales.
Se trata del recuento oficial más fiable y más completo del país.
El empleo de la fuerza letal por parte de agentes de policía ha estado muy sujeto a controversia estos últimos años, tras la muerte de varios hombres negros desarmados, lo que en 2017 provocó manifestaciones en todo el país, algunas de las cuales degeneraron en disturbios.
Según el Post, 19 hombres negros armados fueron abatidos por las fuerzas del orden en 2017, frente a 17 en 2016, y 36 el año anterior.
El diario revela que el número de hombres negros muertos por disparos de policías representa un nivel desproporcionado, ya que supone el 22% del total, mientras los hombres negros apenas representan el 6% de la población total del país.
«El foco nacional en este problema ha hecho que los policías sean más cautelosos en situaciones sin armas», explicó al diario Chuck Wexler, director ejecutivo de la organización policial Police Executive Research Forum.
Según la base de datos del Washington Post, la gran mayoría de las personas abatidas, 735, estaban en posesión de armas blancas o de fuego, mientras en 2016 fueron 693.
Según la policía federal (FBI), 46 agentes murieron en 2017 en el ejercicio de sus funciones, frente a 66 en 2016.
La cifra de muertes por disparos de policías en Estados Unidos está muy por encima de las cifras de otros países desarrollados.