En los últimos días de octubre y primeros de noviembre de cada año, regularmente se da en el país un proceso inflacionario, y ahora no es la excepción, que afecta de manera particular a quienes honran y recuerdan a sus difuntos.
El aumento de precios se da en niveles de 200 y 300 por ciento en productos tradicionales como flores de cempasúchil, gladiolas y terciopelo, así como en alimentos como el mole, “pan de muerto” y diversas frutas de temporada, mismos que se utilizan en la “puesta de ofrendas para los difuntos”, según las tradiciones de familias rurales y urbanas.
En esta etapa del comercio nacional, aparecen miles de comerciantes y acaparadores que “hacen su agosto” con los diversos tipos de flores y alimentos, aprovechando que prácticamente los compradores son cautivos por el espíritu de millones de familias que “honran a sus muertos” en esta época y que “las flores nunca deben faltar” en las tumbas de los panteones ni los alimentos que eran del gusto de los fallecidos.
De acuerdo con reportes recibidos en la Confederación Nacional Campesina, en los más de 100 mercados establecidos, como la Central de Abasto, La Merced y Jamaica y en los llamados “sobre ruedas”, los precios “se dispararon” por parte de los intermediarios y, cuando se entra al “regateo”, sacan “gruesas” de los productos más baratos, pero de menor calidad.
La Confederación Nacional Campesina consideró la necesidad de una mayor participación y vigilancia de las autoridades de la Profeco (Procuraduría Federal del Consumidor) y sancionen a los encarecedores que aprovechan estos días para abusar de las necesidades de la población de escasos recursos.
La CNC denunció también que, a lo anterior, se agrega que el precio del pan de muerto cada vez aumenta y sin embargo se elabora de menor tamaño, debido a que los costos de los insumos también se reflejan en el proceso de fabricación. Se pone como ejemplo que el precio del huevo jamás regresó a su nivel una vez pasada la crisis por enfermedades avícolas y el consecuente acaparamiento del producto. Actualmente el kilogramo se expende en un promedio de 27 pesos.
Con relación a las flores de temporada, en un recorrido por los mercados, se pudo constatar que el precio de la gladiola, por ejemplo, se cotizaba hace 15 o 20 días, en aproximadamente 80 y 100 pesos, mientras que en la actualidad fluctuaba entre 200 y 300 pesos. La naranja sigue entre 5 y 9 pesos el kilogramo y “de la chiquita, a 4.50 pesos el kilo”.
En los hechos, los que siguen la tradición o los que optan por el halloween gringo tiene que soportar alzas de precios en los dulces, chocolates, veladoras, inciensos, bebidas “espirituosas”, cigarros; frutas como la calabaza, los tejocotes, mandarina, caña, guayaba, camote y la lima, entre otros.
Reportes de los dirigentes de las Ligas de la CNC en los estados de Puebla, Morelos y México, principales entidades productoras de flores para los días de muertos, las lluvias ayudaron mucho para el cultivo general de flores. Sin embargo, los precios se fueron para arriba debido al intermediarismo.
Los floricultores pertenecientes a la CNC aseguraron que no habrá desabasto de esos productos, y afirmaron que en el juego de los costos de producción, últimamente se disparó también el precio de los fertilizantes y otros productos químicos para el control de plagas.
Reconocieron que el cultivo de flores en los estados de Hidalgo, Guerrero, Veracruz, Tlaxcala, Guanajuato y el Distrito Federal, ofrece empleos directos a más de 7 mil productores, mientras que los servicios de distribución y comercialización, este número se amplía a cuatro o cinco veces.
El estado de Puebla aporta el 50 por ciento de la oferta de Cempasúchil, seguido por Edomex y Morelos, Oaxaca y Guerrero.
Finalmente las demás frutas, como manzana, su precio no baja de 30 pesos el kilogramo y, en las tiendas de autoservicio se cotiza hasta en 45 y 50 pesos el kilogramo.
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