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Salud y Bienestar

Avalan salud sexual en los libros de texto

Educar a los niños en materia de salud sexual es conveniente e indispensable para prevenir enfermedades de transmisión sexual y embarazos adolescentes, afirmó José Narro Robles, titular de la Secretaría de Salud (SSa).

Luego de que el recién creado Frente Nacional por la Familia pidiera manifestarse en todo el país contra los contenidos de educación sexual en los libros de texto gratuitos de quinto y sexto grado de primaria, y contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, el funcionario dijo respetar la opinión de los inconformes, pero no la consideró conveniente.

“Tengo una enorme convicción en el sentido de que educar en salud sexual y reproductiva es uno de los grandes mecanismos para prevenir enfermedades de transmisión sexual, para prevenir embarazos no deseados, para prevenir, en unas cuantas palabras, vidas truncadas, familias descompuestas, por supuesto, respeto las opiniones, pero no las comparto”.

Entrevistado después de participar en una ceremonia de reconocimiento a los mejores estudiantes de Medicina del país, Narro Robles resaltó que los embarazos adolescentes siguen siendo un gran problema.

“Para mí sigue siendo parte de un grave problema el acostumbrarnos a que tengamos 11 mil niñas de 14, 13, 12, 11 o 10 años que dan a luz a un pequeño, niñas que tienen niños”, afirmó.

“Me parece que eso no es correcto, eso no está bien, me parece que lo tenemos que cambiar, que tenemos que evitarlo”.

ES RECOMENDABLE

» En su Guía Técnica Internacional sobre Educación Sexual, la UNESCO urge a entrenar profesores para que, entre otras habilidades, distingan sus valores personales de las necesidades de salud de los estudiantes y den un programa integral, claro en contenidos, operación y evaluación.

» Hay escuelas en las que el tema se evita, además de que a los docentes les falta capacitación y una formación que les permita tener una apertura al tema, coinciden sexólogos.

Reforma

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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