“Era una avalancha… cerré los ojos, pero les puedo decir que los bloques de hielo eran del tamaño de un refrigerador, de un carro, hasta una bola de boliche.. solo clavé mi casco, sentí los golpes, empecé a rodar por toda la obscuridad y quedé colgado de cabeza en la grieta y de ahí como pude salí”, narró el alpinista chihuahuense que se salvó de la avalancha, Rubén Jaén, en entrevista para el medio de comunicación Rpp del Perú.
“El guía que falleció siempre nos dijo que existía ese peligro y que necesitábamos ir muy rápido y así lo hicimos, fuimos a la hora precisa, no era muy tarde, era la hora indicada… son cosas de la naturaleza, no sé porqué Dios decidió que yo fuera el único que sobreviviera y eso me hace pensar que tengo un propósito aquí en la vida, que tengo que hacerlos que se sientan orgullosos de mi”.
“Fue una tragedia muy grande, estoy muy consternado por la pérdida de mis compañeros; ellos tenían familia, hijos y para mí viene siendo una responsabilidad enorme porque sobreviví. Mi vida tiene un propósito de hacer el bien por tres”, señaló.
“Me salvé de milagro”, dijo en la entrevista concedida a Rpp donde relató que unos alpinistas australianos lo llevaron a una casa refugio donde recibió los primeros auxilios.