Los bancos ya le están dando la vuelta a los estados más endeudados del país. Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo y Nuevo León han entrado al grupo de los no aptos para otorgarles préstamos, debido a las deudas gigantescas que tienen y a las acusaciones de corrupción y enriquecimiento ilícito que cargan sus gobernadores.
A pesar de que los bancos siempre han sido aliados de los gobiernos, en esta ocasión seguirlo siendo sería un suicidio; hay demasiados focos rojos que no deberían ignorar. Gracias al amparo promovido por el grupo Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que aprobó el juez Primero de Distrito, es que la duda se metió a hacerles cosquillas a los banqueros y los hizo reflexionar.
No es que no quieran estados más endeudados, pues les conviene, lo que no quieren ni pueden permitir es que no haya cómo liquidar esa deuda que se genere. Según informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la banca comercial firmó ya 11 préstamos con gobiernos locales en los primeros meses del año que ascienden a más de 8 mil millones de pesos.
Bancos como Financieros Interacciones y BBVA Bancomer, señalan que ante el panorama de endeudamiento en varios estados del país han comenzado a ejercer políticas más cautelosas en cuanto a préstamos, ya que en la actual administración de gobiernos la deuda de los estados se disparó un 70 por ciento.
Los empresarios y proveedores también están preocupados. Con el alma en un hilo se encuentran pues la deuda que Gobierno del Estado tiene pendiente con ellos asciende a los 3 mil millones de pesos, cantidad que sería cubierta con una parte de la bursatilización solicitada por Duarte, pero que fue frenada provisionalmente para evitar heredar la deuda a la administración entrante.
El presidente de la Coparmex, Álvaro Madero, señala que el pago no puede desaparecer pues muchos de los trabajos ya están hechos o están por concluirse, por lo que en caso de que no se autorice la bursatilización debería ser el gobierno de Javier Corral el que salde la deuda, ya que muchas empresas estarían en riesgo de irse a la quiebra.
Corral está abierto a liquidar deudas pero legalmente justificadas. De hecho, ya se ha solicitado nombres y montos para tener claro el panorama, pero el equipo de Duarte se niega a pasar datos, por lo que se presume que algo tratan de esconder.
Se sabe de deudas muy grandes que incitan a la sospecha, las cuales deberán ser investigadas bajo lupa. Por su parte, César Duarte sólo se limita a repetir que el amparo promovido para frenar la bursatilización es un ataque al Estado y sus maniobras, y que de ninguna manera dicha bursatilización significaría una deuda para el gobierno próximo. Ya nadie le cree.
Obras como el Distribuidor Vial Zootecnia se vería frenada. Un dolor más de cabeza para el alcalde Javier Garfio, quien informó que para terminar los primeros dos ejes se necesitan 20 millones de pesos, los cuales saldrían de esa bursatilización. Asunto curioso.
No dude que en estos últimos meses las metas fantasmas de las actuales gestiones municipales y de la estatal no se cumplan y prefieran echarle toda la culpa a que no hubo dinero de la inesperada –pero siempre existente– bursatilización. Maru Campos deberá estar bien alerta para dar seguimiento a todos estos rezagos.
César Duarte ha caído del pedestal y sus amigos no lo van a levantar. El vicecoordinador del PRI en el Senado, Miguel Romo, dijo que ni aunque Duarte haya sido alto funcionario se le va a solapar por sus actos de corrupción, refiriéndose a su anterior puesto como presidente de la Cámara de Diputados.
Sabemos que los gobernadores de cuatro estados ya están fichados por el propio PRI y que podrían ser expulsados, más que por corruptos, por perdedores, pero lo que llama la atención es cómo en la política los amigos realmente no existen. ¿Han existido alguna vez?
Duarte se sentía seguro hace unos meses, presumía su relación con el presidente Enrique Peña Nieto y ya se imaginaba engalanado en la presidencia del Partido Revolucionario Institucional. Ahora ya sólo es un estorbo para el partido y para todos los que alguna vez confiaron en él.
Mientras él se hunde, Javier Corral empieza a levantar su fortaleza. Ayer se reunió con el excandidato Chacho Barraza, quien a pesar de que no quiso ceder su posición para darle entrada al voto útil en contra del PRI, se vio abierto al diálogo y se le propuso trabajar en conjunto por una reforma política que beneficie a Chihuahua.
Javier sabe que es mejor superar las diferencias en aras de integrar un gobierno más fuerte, además de que los votos que recibió Chacho no pueden echarse en saco roto pues representan a un alto porcentaje de chihuahuenses inconformes con el gobierno actual que es necesario tomarse en cuenta.
“Estaré siempre abierto a sus comentarios, posturas y sugerencias. Atrás quedó la contienda, tod@s debemos unirnos en un empeño mayor: Chihuahua, nuestra casa común”, expuso en sus redes sociales.