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Ciencia y Tecnología

Basura espacial equivale a estructura metálica de la Torre Eiffel

La Agencia Espacial Europea (ESA) contabilizó a finales del año pasado 19.894 objetos de basura espacial, que circulaban alrededor de la Tierra, cuya masa conjunta es de, al menos, 8 mil 135 toneladas, «más que toda la estructura de metal de la Torre Eiffel».
La ESA publicó un nuevo informe sobre basura espacial, que incluye hechos, cifras y gráficos que muestran una imagen detallada de cómo han evolucionado los desperdicios alrededor de nuestro planeta.
«La basura espacial incluye todos los objetos creados por el ser humano, que no funcionan y están en órbita sobre la Tierra; algunos de ellos entran regularmente en la atmósfera», según la ESA.

La era espacial comenzó el 4 de octubre de 1957 con el lanzamiento del Sputnik 1, que fue el primer satélite artificial de la historia y lanzó la Unión Soviética, desde entonces la basuraespacial en órbita ha ido en aumento de forma continuada.

Primero se trataba solo de partes superiores de cohetes y satélites obsoletos en órbita, pero después se añadieron pequeños objetos que han generado explosiones y colisiones.

El informe anual revisa cómo el entorno espacial ha evolucionado el último año y también cómo ha cambiado desde el envío de los primeros satélites.

Desde hace tiempo la ESA advierte de que la basura espacial aumenta de manera preocupante y supone un grave peligro para los satélites operacionales.

Además, los objetos más grandes podrían volver a entrar en la atmósfera y chocar contra la superficie terrestre, en áreas que podrían estar pobladas.

El informe asegura que el número de objetos, su masa total y el área que cubren ha aumentado a lo largo del tiempo hasta 2017.

Por ello sesenta años después del inicio de la era espacial, las agencias espaciales han comenzado a implementar opciones de final de vida de los instrumentos que se lanzan al espacio desde la Tierra.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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