A mediados de los noventa, el mundo vivía entre la emoción de llegar a un nuevo milenio y la nostalgia de un siglo que nos vio dar pasos agigantados, tales como la tan cuestionada llegada del hombre a la Luna. En este contexto, Volkswagen llegó al Salón de Detroit con el Concept One, una reinterpretación del famoso Vocho, que volvió loco al público.
A ese Concept One, le siguió el Concept Two a finales de 1995, que era ya un prototipo del diseño final del Beetle, que debutó a finales de 1997, fabricado en la planta de Wolfsburg, el cual se convirtió en uno de los grandes éxitos de ventas de la marca.
El Beetle presumía un diseño que prácticamente era la evolución del Sedán, sólo que había perdido la tracción trasera y el motor en la zona posterior, para ganar confort, manejo, espacio y desempeño.
Uno de los elementos que más llamaba la atención era un pequeño florero de plástico satinado que estaba colocado entre la columna de la dirección y la consola central. A muchos les parecía un elemento sin sentido o bien enfocado al público femenino, pero en realidad los diseñadores de Volkswagen se inspiraron en la época hippie y por ello querían que todos los Beetle tuvieran una flor en el habitáculo.
Para 1999 la planta de Puebla recibió la producción mundial de este vehículo, que sigue siendo el único hogar del Beetle, y ese mismo año estrenó su primer motor turbocargado, un cuatro cilindros 1.8 litros que compartía con el Jetta de cuarta generación.
Entrando al nuevo milenio la popularidad del retro car alemán no hacía más que crecer y crecer, al grado que en 2003 la firma decidió cesar la producción del Golf Cabrio para darle la oportunidad a este modelo de tener una versión convertible que simplemente fue otro éxito en ventas y elevó a este modelo al nivel de auto de colección.
El facelift de mediados de la década lo hizo un poco menos redondo y trató de acercarlo más al nuevo lenguaje de diseño de Volkswagen, con más líneas rectas y algunos ángulos, pero sin perder su esencia.
Tuvimos que esperar hasta 2012 para poder tener una nueva generación del Beetle, que reencendió la chispa del amor por este modelo, ahora gracias a un diseño menos abultado y mucho más cercano al del Vocho original. La plataforma que utilizaba era la A5 del Grupo Volkswagen, que compartía con la sexta generación del Golf y con ello ganó mucho en manejo, estabilidad y habitabilidad. El motor del lanzamiento era el 2.5 litros de cinco cilindros, que también utilizaba el Jetta desde 2005, pero se le agregaron más elementos retro como rines con el clásico plato metálico en medio y molduras cromadas.
De nuevo todo parecía viento en popa para este vehículo, pero los tiempos cambian y ahora el mundo ya no está en la misma sintonía de hace 20 años.
Sí nos siguen gustando los modelos retro, pero las camionetas son lo de hoy, así que Volkswagen tiene que atender a ese mercado. Al menos, así lo dejó ver Frank Welsch, director de Investigación y Desarrollo del Grupo Volkswagen en una entrevista con la revista británica Autocar, donde afirmó que la marca seguirá teniendo un modelo retro, pero que seguramente no será el Beetle.
Así que los días del Beetle parecen estar contados y en 2020 será sustituido por la versión de producción del I.D. Buzz, una camioneta inspirada en la Combi original, que fue aprobada hace unos meses para llegar a la línea de producción y que será una piedra angular en la nueva estrategia eléctrica de Volkswagen, que se estrenará a finales de esta década.
En 20 años el Beetle se volvió un auto emblemático y de culto para muchos, un modelo lleno de ediciones especiales y sobre todo del sabor de un clásico del automóvil. Quizá algún día lo veamos de nuevo.
Fuente: Atracción 360