Pasó lo que tenía que pasar. Por fin, luego de mucho cantarla y anunciarla, Jaime Beltrán del Río se bajó de la contienda por la candidatura panista a la gubernatura, indignado porque en ese organismo político se designara al ungido por ‘dedazo’, así que se fue al PRD, donde también eligieron por este método, pero aquí no le molestó en absoluto pues lo eligieron a él.
La bronca no era tanto el método, sino el resultado de este método, el cual desde luego no lo dejaría contento pues Beltrán del Río no estaba dispuesto a reconocer ningún otro resultado que no fuera el respaldo a su proyecto y ser lanzado para góber. No le siguieron su berrinchito y se fue, como se han ido muchos.
Llamó la atención la presencia de Héctor Ortíz Orpinel en la rueda de prensa en la que el deliciense anunció su cambio de equipo, pues se va nada menos que al PRD, donde ya le tenían su lugar preparado pues desde hacía mucho se veía venir que se saldría de la contienda si no era favorecido, y era claro que eso no iba a pasar. Hasta se tardó.
En el PAN, como para minimizar los daños y terapearse de que no pasa nada, salieron a esparcir de nuevo los rumores que ya pesaban sobre Beltrán: Que era un candidato afín al PRI, que como diputado consintió el endeudamiento de Chihuahua y que tenía negociaciones con el gobernador César Duarte y el grupo de Cruz Pérez Cuéllar, al que acusan de hacer el trabajo sucio del PRI.
Así, el PRD en Chihuahua da al traste con la idea de ir en alianza con el PAN en una hipotética candidatura que concentre a lo que queda de oposición en la entidad, bajo el liderazgo de Javier Corral, el panista de izquierda, y se comprueba que el partido encabezado por Hortensia Aragón prefiere prolongar la luna de miel que ha vivido todo el sexenio con Palacio.
Pero el que también dicen que va para el PRD, como candidato a la alcaldía, y con la soterrada bendición de Palacio, es Marcelo González Tachiquín, a quien ven como un ‘caballo negro’ para hacerle mosca a Lucía Chavira, dividir el voto priísta y favorecer a la panista Maru Campos pues ¿quién dijo que el candidato duartista tenía que ser priísta?
Estas son hasta ahora sólo conjeturas. Habrá qué ver cómo evoluciona el asunto para ver si estas versiones conspiranóicas son reales y no sea simplemente que Tachiquín es un priísta excepcional, un hombre de profundísimas convicciones y un adalid de la congruencia moral como pocas veces se ha visto en la historia política de Chihuahua… ¿le creeremos?
De ser ciertas las teorías sospechosistas, el gobernador Duarte estaría matando tres pájaros de un tiro: Le arrebataría a Javier Corral la posibilidad de formar un frente amplio opositor en alianza con los partidos de izquierda; arroparía a sus chavos del PRD y les garantizaría una votación que les permita seguir parasitando del presupuesto público y le pondría una piedra en el camino a Lucía Chavira, representante del grupo opositor dentro del priísmo.
El que se está poniendo las pilas para que no se le desparrame la borregada es el candidato Enrique Serrano, quien por fin se reunió con la gente de Graciela Ortiz y otros priístas que andan movido, para negociar espacios a cambio de respaldo y así ir juntos en un proyecto que les convenga a todos lo más posible.
Pero ahorita andan un poco distraídos, pues ya faltan pocas semanas para la visita del papa Francisco a la Frontera, donde hay muchos aspectos pendientes de logística y sobre todo de seguridad, pues se sabe que la situación a nivel mundial es delicada y cualquier falla o falta de control en el desarrollo del evento podría derivar en una situación de riesgo, lo cual derivaría a su vez en un escándalo y nadie quiere eso, nadie.
Esta preocupación se refuerza con las alertas de seguridad que ha enviado EU a sus connacionales para disuadirlos de visitar Chihuahua por el alto riesgo a la seguridad que las autoridades de aquel país (y medio mundo) perciben en nuestra entidad.
Más aún preocupa el saber que terroristas islámicos han, presuntamente, ingresado a EU en fechas recientes a través de nuestro territorio, y que algunas de estas células radicales podrían estar aún en lugares como Juárez o Agua Prieta, Sonora.
Y es que por mucho que pretenda maquillarse la situación de seguridad, hay que recordar que Cuauhtémoc mantiene el primer lugar… en índice de desaparecidos, pues tan sólo los casos denunciados ya contabilizan 351 a la fecha. Una situación delicada que se está prefiriendo ignorar.