El pleitazo electoral que traen PRI y PAN, los únicos partidos con posibilidades de ganar diputaciones en las urnas, se trasladó al Congreso del Estado donde se subió el caso del panista Juan Blanco para tundirlo por el adeudo que aseguran tiene con el Banco Unión Progreso, quien tiene como principal accionista al gobernador César Duarte.
El pedradón lo aventó Fernando Reyes, el panista que fue pateado en su intención de contender por la alcaldía y que en su resentimiento se fue con el PRI pero bajo la bandera de Movimiento Ciudadano, y desde ahí ha sido una especie de sicario político, encargado de hacer el trabajo sucio de los patrones.
Los del PAN no se quedaron atrás y devolvieron igual dosis al cuestionar al candidato priísta por el Distrito IX, Carlos Hermosillo, por su repentino e inexplicable enriquecimiento y los adeudos que tiene ante el Fideapech.
La diferencia entre ambos candidatos es que Blanco, aunque tiene ventaja en el VI, no lo tiene seguro, mientras que Hermosillo tiene protección ‘divina’ y la diputación prácticamente en la bolsa, por lo que lo único que pueden afectar es su reputación, pero con fuero y dieta le basta para superar cualquier adversidad.
La que está alejada de la grilla y entrada en el ‘camello’ es Bertha Gómez Fong, presidenta del DIF estatal, quien está dando seguimiento institucional al caso Christopher, el niño de seis años asesinado por sus vecinos, pues la esposa del gobernador presentó sus avances ante Eunice Rendón Cárdenas, subsecretaria de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, para atender polígonos de pobreza donde se generan estas conductas.
Es muy importante la labor que realiza la señora Gómez. Hacerle justicia a Christopher no es organizar acciones oportunistas para lucrar con el dolor ajeno ni reclamar castigos inhumanos contra los asesinos, sino acudir a esas colonias para que no vuelva a haber un Christopher nunca más, y que su muerte, aunque horrible y trágica, no sea en vano. Lo que urge es justicia social y la presidenta del DIF está centrada en ello.
Sin embargo, las acciones no han tenido mayor eco, pues las distintas secretarías del sector social de Chihuahua están como si nada. No hay acciones concretas para atajar las lamentables condiciones de vida que padecen algunos sectores de la población, sobre todo los que están encerrados en el gueto que se ha convertido el sur de la ciudad, pues distintas administraciones han concentrado sus intereses, políticos y personales, en el norte.
Si comunidades enteras viven en casas diminutas, lejanas, en fraccionamientos mal construidos, incomunicados y sin servicios públicos ni seguridad, expuestos a pandillerismo, adicciones, delincuencia, bajos empleos, falta de oportunidades, desintegración familiar y violencia, no es de extrañarse que sea el caldo de cultivo perfecto para la generación de sicópatas.
Pero para oportunismo, no basta el de Laura Bozzo, quien intentó colgarse del caso y luego fue pateada por la comunidad y la madre del menor asesinado. Llegó luego la guapa pero francamente ignorante y prepotente Geraldine Aragón, reportera de TVAzteca nacional, quien con aires de diva región 4 llegó a Chihuahua exigiendo entrevistar a los niños asesinos y en exclusiva, sin tener en cuenta que eso es, sencillamente, imposible.
La comunicadora intentó pasarse las leyes de Chihuahua y los tratados internacionales por el arco del triunfo y amenazó a los magistrados con echarles al mismísimo Enrique Peña Nieto y a su patrón, Ricardo Salinas, para que los pusieran de patitas en la calle. Pobre…
Al que pusieron de patitas en la calle, pero podrían perdonar pronto, es a Gabriel Aude Venzor, empresario constructor y ex director de Obras Públicas, quien tuvo que dejar el cargo por su burrada de presumir un glamuroso viaje a Venecia acompañado por uno de los constructores favoritos del Ayuntamiento, lo cual dio pie a conjeturas sospechosas sobre el impacto de su amistad en las finanzas públicas.
Pero ahora el empresario ojiverde está de manteles largos, pues recibirá en su casa a su cuatacho, el alcalde Javier Garfio, al mero mero César Duarte y, para bendecir los alimentos, estará nada más y nada menos que el obispo de Cuauhtémoc, Juan Guillermo López, quienes compartirán el pan y la sal con el ‘Noa Noa’ como música de fondo.