Ciudad Juárez enfrenta una situación crítica tras más de 70 horas de protestas de productores agrícolas que mantienen bloqueos en la Aduana Fronteriza y en los puentes Zaragoza, Libre, Santa Teresa y Tornillo-Guadalupe. Los manifestantes instalaron carpas y lonas para protegerse del frío, mientras utilizan fogatas improvisadas para mantenerse en el lugar, lo que ha generado una frontera parcialmente paralizada.
Los productores afirman que no retirarán los bloqueos mientras no exista disposición de diálogo por parte del gobierno federal. Del lado oficial, se abrió una mesa urgente de negociación, aunque cada avance ha resultado lento en medio de la presión social. La falta de acuerdos incrementa la tensión y un conflicto que inició como exigencia del sector rural ahora impacta la movilidad y la seguridad urbana.
El cierre de gasolineras y las compras de pánico han encendido alertas sobre una posible escasez de combustible, indispensable para la operación de patrullas y del transporte público. Este escenario genera preocupación entre habitantes y autoridades, quienes advierten un riesgo creciente para la tranquilidad de la ciudad.
El sector empresarial también manifestó su alarma. El Consejo Coordinador Empresarial de Ciudad Juárez, encabezado por Rogelio González, señaló que la economía local y la competitividad están comprometidas. La iniciativa privada calcula que casi 500 millones de dólares en mercancías permanecen varadas debido a los bloqueos, afectando las operaciones de importación y exportación. Además, se estima que el flujo diario de 7,600 tráileres, cada uno con carga valuada en alrededor de 65 mil dólares, se mantiene detenido.
González afirmó que, aunque el derecho a manifestarse debe respetarse, el impacto económico es considerable y afecta a terceros. Ante ello, cámaras y organismos empresariales han presionado a los tres niveles de gobierno para liberar los cruces y restablecer la actividad normal. La noche del martes se realizaron negociaciones en Ciudad de México, pero sin resultados definitivos.
La ciudad entra en una fase delicada, con la movilidad comprometida y la seguridad en riesgo. En medio de la incertidumbre, organismos empresariales reiteran su llamado a liberar las vialidades y evitar mayores afectaciones mientras continúan las negociaciones.