SAO PAULO (AP) — El lento despliegue de la campaña de vacunación de Brasil parece haber reducido el ritmo de fallecimientos entre los ancianos de la nación sudamericana, de acuerdo con datos de actas de defunción, pero los estragos del COVID-19 siguen en aumento debido a los contagios entre jóvenes que aún no han sido inoculados.
Las personas mayores de 80 años representaron una cuarta parte de los decesos por coronavirus registrados en el país en febrero, pero menos de una quinta parte de los reportados en marzo, de acuerdo con información proporcionada el martes a The Associated Press por parte de Arpen-Brasil, una asociación que representa a miles de notarías que registran las actas de defunción de Brasil.
Sin embargo, relativamente pocas personas, salvo los ancianos, han sido vacunados contra el coronavirus: Menos de 9 millones de los 210 millones de residentes de Brasil han recibido las dos dosis de la vacuna, de acuerdo con Our World in Data, un sitio web de investigación.
Los casos confirmados de coronavirus entre todos los grupos de edad aumentaron un 70% entre diciembre y marzo. Las infecciones reportadas subieron de 1,3 millones en diciembre y a 1,5 millones en enero, para disminuir a 1,36 millones en febrero y registrar un repunte a 2,25 millones en marzo.
Sin embargo, la cifra de muertes se triplicó entre las personas de 20 a 59 años de febrero a marzo, con 23.366 decesos, según las notarías.
Gustavo Renato Fiscarelly, presidente de Arpen-Brasil, dijo que las cifras mostraban la importancia de las vacunas, así como el peligro de bajar la guardia. “Es necesario que los jóvenes tomen precauciones, ya que se han visto proporcionalmente más afectados por el número de muertes”.
Los expertos de salud dijeron que esa falta de cuidado sigue un patrón similar que se ha observado en todo el continente.
“No estamos actuando como una región que atraviesa un brote que está empeorando”, comentó la semana pasada la doctora Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud, al quejarse que el número de muertes semanales por coronavirus en la región fue superior al de cualquier otro momento de 2020.
“A pesar de los contagios actuales en muchos lugares, se han relajado las restricciones. Las multitudes han regresado y la gente se está reuniendo en sitios cerrados y viajando en transporte público, a menudo sin mascarilla”, señaló.
Los expertos se quejan que incluso los brasileños que quieren aislarse a menudo se ven obligados a salir a trabajar debido a que los pagos de ayuda del gobierno a fin de que las personas permanezcan en casa se redujeron significativamente en los primeros meses del año.
La campaña de vacunación de Brasil ha sufrido varias demoras, pero el presidente Jair Bolsonaro ha ignorado las solicitudes de expertos de salud y de algunos gobernadores de ordenar un confinamiento a nivel nacional con el objetivo de frenar la propagación del coronavirus.
Ante la ausencia de restricciones a nivel nacional, la gente que no ha sido vacunada sigue siendo vulnerable a la variante brasileña del coronavirus que se ha propagado rápidamente en todo el país y en América Latina.
Dirigentes locales han pasado problemas para implementar restricciones mientras Bolsonaro exhorta a la ciudadanía a ignorarlas.
Brasil ha reportado cerca de 375.000 muertes a causa del coronavirus, la segunda cifra más alta del mundo detrás de Estados Unidos. Casi la mitad de ellas han ocurrido en lo que va de 2021. El promedio de decesos de siete días superó los 3.000, aunque la cifra ha retrocedido ligeramente en los últimos días.