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Breve diccionario de la borrachera mexicana

Pretextos para irse de fiesta en México hay muchos. Si un icono Polo Polo se muere se vale, si Guillermo del Toro gana un Oscar también. Si te rompen el corazón por enésima ocasión es obligado y, claro, la pelea entre Shakira y Piqué, una buena borrachera está más que justificada. En nuestro país, lo difícil no es encontrar una excusa para salir, lo complicado (más para los extranjeros) es entender a un mexicano que anda de parranda. Para que no haya pretextos, hicimos un breve diccionario que te ayudará a entender algunas de las expresiones más utilizadas cuando una buena cerveza es justa y necesaria.

Bajón:

1. Alimento para aminorar los efectos del alcohol.

Ejemplo: Vamos por un bajón a los Taquitos de Tony.

2. La etapa posterior a la euforia que producen grandes cantidades de alcohol

Ejemplo: Llegamos a casa de Javier y no dio el bajón como a la media hora. Todos nos fuimos a casa.

Breve diccionario de la borrachera mexicana

Banquetera:

Bebida alcohólica que se ingiere en la calle. No necesariamente tienes que estar sentado en una banqueta, pero la palabra viene de ahí.

Ejemplo: En realidad no hicimos mucho. Llegué de chambear, me eché unas banqueteras con Lalo y nos fuimos a dormir.

Bajar la peda (Ver definición de peda más abajo):

Método para disminuir los efectos del alcohol

Ejemplo: Se tomó dos mezcales y 6 cervezas. Ahora cómo le bajamos la peda.

Caminera:

Bebida alcohólica que se ingiere camino a la fiesta o de regreso de esta. (En México esta actividad es ilegal)

Ejemplo: Ya vámonos a la fiesta. No olvides las camineras.

Breve diccionario de la borrachera mexicana

Chela/Cheva/Cheve:

Sinónimo de cerveza.

Ejemplo: Pásame una cheve/chela/cheve que me muero de sed

Chelear:

Tomar varias cervezas.

Ejemplo: Vamos a chelear un rato y después decidimos qué hacer

Chupe:

Bebida alcohólica de cualquier tipo

Ejemplo: En la fiesta de fin de año había muchísimo chupe. No sé cómo se acabó.

Conectar o conectarla:

Volver a adquirir un estado de ebriedad pocas horas después de haber estado alcoholizado. Se recomienda si lo que se desea es no alcanzar el estado de cruda

Ejemplo: Lo mejor que podemos hacer ahora es conectarla, al fin y al cabo es sábado

Cruda:

También se le conoce como cruz. Es la resaca o el cuadro de malestar general que se produce después de consumir una cantidad de bebidas alcohólicas excesiva.

Ejemplo: Esta cruda no se la deseo a nadie

Cruzadito:

También es conocido como pulpo. Es cuando un grupo de personas alcoholizadas consideran que es buena idea entrelazar sus brazos y beber de sus vasos en una posición incómoda.

Ejemplo: ¿Qué, nos echamos un cruzadito?

Fuertecito:

Cualquier bebida alcohólica que no sea cerveza o rompope

Ejemplo: Ya me hartó la cerveza, creo que ya es hora de un fuertecito

Hidalgo, de:

Tomarse una bebida alcohólica de golpe

Ejemplo: Todo iba bien hasta que decidí echarme ese tequila de Hidalgo.

Helodia:

Adjetivo para describir una cerveza muy fría.

Ejemplo: No hay nada más delicioso que una chela bien helodia

Malacopa:

Persona que se comporta de manera agresiva o malhumorada cuando ingiere bebidas alcohólicas. No importa la cantidad de alcohol que se ingiera.

Ejemplo: No inviten a esa morra, es bien malacopa.

Peda:

1. Fiesta, festejo o tertulia. No importa si es solo de dos personas, es válido llamarlo así. Ejemplo: Me urge una buena peda. Tuve una semana fatal.

2. Adjetivo femenino para describir a una mujer alcoholizada.

Ejemplo: Estefanía ya andaba bien peda. Nos tuvimos que regresar a casa temprano.

Pedo:

1. Alto nivel de alcohol en la sangre.

Ejemplo: Traigo un pedo que apenas puedo caminar.

2. Adjetivo masculino para describir a un hombre alcoholizado.

Ejemplo: Carlitos está pedo desde las tres de la tarde. Ahora ya solo está diciendo tonterías.

Pisto:

Se le llama así a cualquier bebida alcohólica en el norte del país.

Ejemplo: Están todos invitados a mi fiesta. Yo pongo la comida, ustedes el pisto.

Precopeo:

Una reunión previa a la fiesta principal entre un grupo limitado de personas.

Ejemplo: Si quieren hacemos el precopeo en mi casa.

Teporocho:

1. Persona que aparenta estar alcoholizada todo el tiempo.

Ejemplo: Pepito siempre termina siendo el teporocho de las fiestas

2. Estado físico decadente durante o después de una borrachera

Ejemplo: Ya como a la 1 de la mañana te veías bien teporochito.

Vaquita o vaquera:

Cooperación para comprar las bebidas alcohólicas de la fiesta.

Ejemplo: Ya se acabó la chela, vamos a hacer la vaquera para ir al Oxxo.

Especiales

Acapulco lucha por sobrevivir. Por Itali Heide

Imágenes: Manuel Villavicencio

Antes incluso de verlo, Acapulco se huele. El olor de la basura acumulada durante semanas en las calles, la humedad de toneladas de lodo, árboles y hojas cubriendo portones, e incluso el olor a muerte persiste en el aire. Sobre el SEMEFO, buitres vuelan en una coreografía coordinada que señala que la muerte es mucho más frecuente que las cifras oficiales.

Itali Heide

Itali Heide

Al adentrarse en las devastadas calles de Acapulco, uno podría pensar que ha sido transportado a una zona de guerra. Ni una sola casa o edificio ha quedado indemne, con cristales esparcidos por todos los patios y líneas de agua de dos metros de altura en hogares que sirven de recordatorio del horror por el que pasaron los guerrerenses.

Aunque la pérdida material es devastadoramente triste, la angustia llega cuando se escuchan las historias de los sobrevivientes. Doña Francisca ha vivido en el poblado de Yetla toda su vida. De pie en la puerta de su casa, mirando hacia atrás, hacia el lugar que una vez conoció como un hogar seguro, recuerda la noche que la vio pedir por su vida. «No pude hacer nada», dice con las mejillas llenas de lágrimas, «el viento era tan fuerte que me agarré a la cama rezando que no me llevara el viento».

¿Quién iba a pensar que de un día para otro toda una región podía desaparecer del mapa? Es como si alguien hubiera hubiera arrastrado su dedo pulgar por el paisaje, sin dejar ni una sola palmera recta, mientras la mayoría yacía en el suelo como el destino le había deparado. La gente sufrió enormemente, y algunos pasaron 20 horas en sus casas con el agua hasta el pecho, sosteniendo a sus hijos y suplicando por una salida.

Nos gusta pensar que lo peor ya ha pasado. ¿Qué puede haber peor que vientos de 300 km/h? Por desgracia, el verdadero peligro está aún por llegar. Medical IMPACT llevó una brigada médica a Acapulco esta semana, apoyando a los supervivientes con consultas médicas gratuitas, medicación y apoyo emocional. Tras atender a más de 300 pacientes, salieron a la luz los verdaderos riesgos: habrá más muertes tras el huracán que por la tormenta en sí.

En las colonias Alborada Cardenista, Yetla y Ejido Viejo, cientos de guerrerenses se presentaron con lesiones, enfermedades y riesgos que ponen en peligro su vida y su salud. Viviendo sin agua potable, comida, electricidad o incluso higiene básica, no es de extrañar que la enfermedad esté por todas partes. Bebés con la cara llena de granos debido al agua sucia, niños con heridas infectadas con riesgo de septicemia, estómagos doloridos y resfriados por las horas pasadas en el agua están por todas partes.

Quienes ya lidiaban con alguna enfermedad, ahora sufren más. Decenas de pacientes diabéticos a los que Medical IMPACT atendió se han quedado sin insulina ni medicación vital, mientras yacían en sus casas esperando a que llegara la ayuda o a que les sobreviniera un coma diabético. Incluso si pudieran encontrar insulina, no hay forma de almacenarla: debe conservarse a baja temperatura, y sin electricidad, guardarla en el refrigerador no es posible.

Es devastador pasear por calles que antes estaban llenas de vida y ver a la gente limpiar minuciosamente sus casas mientras intentan recordar cómo era tener una vida normal. Sin embargo, sirve como testimonio de la voluntad que tienen los guerrerenses para seguir adelante. En los poblados olvidados y abandonados por el gobierno y otros grupos de apoyo, las comunidades se reúnen en zonas comunes y se ayudan mutuamente.

Las doñas montan mesas para hacer taquitos de requesón y frijol, los hombres llevan palas de casa en casa sacando el barro y la basura, los niños ríen y juegan, perros amistosos buscan caricias y se juntan recursos para apoyarse mutuamente. Incluso en las ruinas, la tragedia parece sacar lo mejor de la gente (aunque en algunos casos, también lo peor).

Acapulco está lejos de recuperarse. Llevará años reconstruir la ciudad y los pueblos circundantes, pero la verdadera prueba es mantener a la gente segura, alimentada, hidratada y sana. Mientras nos adentramos en aguas desconocidas, es responsabilidad del gobierno, la sociedad civil y la comunidad mundial seguir apoyando a quienes lo perdieron todo y pueden perder más, incluso su vida.

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