El líder de los talibanes Maulvi Haibatullah Akhunzadah afirmó que no habrá paz en Afganistán mientras continúe la «ocupación» extranjera, reiterando la posición del grupo de que la guerra de 17 años solo puede finalizar a través de conversaciones directas con Estados Unidos.
En un mensaje lanzado en honor a las fiestas de Eid al-Adha, Akhunzadah dijo que el grupo sigue comprometido con los «objetivos islámicos», la soberanía de Afganistán y el fin de la guerra.
El pronunciamiento del líder del grupo radical yihadista coincide con el anuncio de la presidencia afgana sobre conversaciones internas para un nuevo alto el fuego con los talibanes.
La presidencia afgana confirmó conversaciones dentro del gobierno para proponer un nuevo alto el fuego con el Talibán con motivo de las próximas fiestas del Eid Al Adha, la conocida también como fiesta del cordero, según ha confirmado un portavoz oficial a TOLONews.
El portavoz indicó que se hará un anuncio oficial en el momento en que se tome una decisión al respecto, en medio de un incremento de los combates con los rebeldes en el norte del país, especialmente en la provincia de Faryab, y en la localidad de Ghazni.
Estas consideraciones responden a las peticiones formuladas por el Consejo de los Ulemas y el Alto Consejo para la Paz, respectivamente el principal estamento religioso y los negociadores de paz afganos, así como por la Asamblea Consultiva de Mujeres Afganas.
Los talibanes han tenido un gran resurgimiento en los últimos años, se han apoderado de los distritos de todo el país y realizan ataques a gran escala.
A principios de este mes, los talibanes lanzaron un gran ataque contra la ciudad de Ghazni, a solo 120 kilómetros de la capital, Kabul.
Las fuerzas de seguridad afganas combatieron a los militantes dentro de la ciudad durante cinco días, mientras fuerzas armandas estadunidenses llevaban a cabo ataques aéreos y enviaban asesores para ayudar a las fuerzas terrestres.
La batalla por Ghazni dejó un saldo de al menos a 100 miembros de las fuerzas de seguridad afganas y a 35 civiles muertos, según funcionarios afganos.
Hace un año, el presidente Donald Trump anunció que enviaría fuerzas estadunidenses adicionales para enfrentar al Talibán. Pero desde entonces el perfil de los insurgentes ha aumentado, tanto en el campo de batalla como en la esfera diplomática.
Los talibanes enviaron una delegación a Uzbekistán para reunirse con altos funcionarios a principios de este mes, y dicen que se reunieron con un alto diplomático estadounidense en Qatar por lo que llamaron «conversaciones preliminares». Estados Unidos no confirmó ni negó la reunión.
A principios de esta semana, el principal funcionario político talibán, Sher Mohammad Abbas Stanikzai, encabezó una delegación a Indonesia, donde se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores, Retno Marsudi, y con Jusuf Kalla, vicepresidente de Indonesia.
El viaje de tres días terminó el miércoles. El comunicado dijo que Stanikzai discutió la presencia de tropas estadunidenses y de la OTAN en Afganistán y la necesidad de que se vayan si la paz es regresar al país, dijo Suhail Shaheen, un portavoz de la oficina de Qatar del grupo.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.