El primer ministro de Canadá, Mark Carney, intenta reparar los lazos con México después de que la relación bilateral se enfriara drásticamente a finales del año pasado, cuando funcionarios canadienses sugirieron que sería preferible negociar un acuerdo comercial directamente con el entonces presidente estadounidense Donald Trump, dejando fuera a México.
La ruptura se agravó en 2023, cuando el ex primer ministro Justin Trudeau visitó sorpresivamente a Trump en Mar-a-Lago, lo que en México fue interpretado como una maniobra para consolidar una estrategia conjunta entre Canadá y Estados Unidos, excluyendo a su socio comercial del sur. Este episodio llevó a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, a limitar el contacto diplomático con Canadá hasta que Trudeau dejara el cargo.
Con Carney en el poder desde marzo, Ottawa ha lanzado una ofensiva diplomática para recuperar la confianza de México y preservar el acuerdo comercial trilateral vigente con Estados Unidos. En julio, Carney sostuvo una llamada con Sheinbaum en la que destacó su interés en visitar México y anunció que nuevas restricciones a las importaciones de acero no afectarían a su socio latinoamericano.
El distanciamiento no solo tiene raíces recientes. Durante las negociaciones del T-MEC en 2018, ambas partes se acusaron de actuar a espaldas de la otra. México sostiene que insistió en mantener el carácter trilateral del tratado, mientras que fuentes canadienses aseguran que el equipo mexicano negoció primero un pacto bilateral con Washington, lo que generó desconfianza.
Las tensiones se producen en un contexto en el que México ha logrado una tregua temporal de 90 días en los aranceles que Trump pretendía aumentar, mientras que Canadá enfrenta un incremento tarifario del 35%. Analistas advierten que la coordinación entre ambos países será clave para enfrentar las presiones estadounidenses y evitar que el acuerdo comercial expire en 2036.
Aunque la relación no ha vuelto a la normalidad, gestos recientes como la invitación de Carney a Sheinbaum para asistir a la cumbre del G7 y la visita de ministros canadienses a Ciudad de México reflejan un intento de recomponer la alianza. Sheinbaum ha reiterado que su prioridad es mantener el T-MEC como un mecanismo de defensa conjunta frente a Washington, descartando por ahora un acuerdo bilateral exclusivo con Estados Unidos.