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México

Carlos Slim dice que sus desacuerdos con AMLO son normales; la relación es cordial

Para el empresario Carlos Slim su relación con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador es cordial, a pesar de que existan desacuerdos.
Hasta en las familias ocurren inconformidades, comentó el presidente de Grupo Carso, tras la clausura de la 25 edición de la plenaria del Círculo de Montevideo que se realizó durante dos días en la Ciudad de México.
De acuerdo con La Jornada, en ese foro, Slim Helú lanzó una crítica a los políticos que, dijo, piensan en la inmediatez, lo implica que no se asienten políticas de Estado claras.

“La sociedad está harta de que tiene muchos años sin que pase nada (…) Los gobiernos no saben cómo conducir el cambio”.
El empresario además recordó la política implementada en los años de la Gran Depresión mundial, cuando Estado y empresarios desarrollaron un gran plan de industrialización que llevó al país a crecer a niveles de más de 6 por ciento.
Slim dijo que dialogaron sobre varios temas, él y López Obrador en el encuentro que sostuvieron en recientes días.
En este sentido, externó su confianza en que el empleo en el país irá en aumento, pues la nueva administración apenas va arrancando.

Aclaró que personalmente su relación con el presidente es cordial desde hace muchos años.

sdp noticias

México

Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes

Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.

La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.

En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.

A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.

Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.

En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.

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