El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa han incorporado tecnologías de inteligencia artificial (IA) para perfeccionar sus operaciones ilícitas, según un análisis del Programa de Asistencia contra el Crimen Transnacional Organizado (PACTTO), financiado por la Unión Europea. Este estudio advierte que ambas organizaciones han dado un salto digital para fortalecer actividades como secuestros simulados, robo de identidad y manipulación emocional de víctimas.
Aunque mantienen estructuras internas distintas, los dos cárteles coinciden en operar con un mando de corte militar “verticalmente integrado” y en utilizar tecnologías emergentes para potenciar su alcance. PACTTO, en el que participan 18 países de América Latina y el Caribe, subraya que hoy el control criminal no depende únicamente de la violencia armada, sino cada vez más de la capacidad de generar amenazas creíbles a través de medios digitales.
La inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta estratégica para automatizar procesos internos y diseñar esquemas de lavado de dinero con presencia en varias jurisdicciones. Este cambio reduce costos, tiempos operativos y exposición humana en actividades como tráfico, extorsión y manejo de activos ilícitos. El informe insiste en que la respuesta gubernamental debe ir más allá del combate callejero y enfocarse en desmantelar las estructuras técnicas que sostienen la violencia automatizada.
El estudio detalla que el CJNG ha sido pionero en usar IA generativa para perfeccionar esquemas de extorsión, clonación de voz y bots conversacionales con fines de fraude emocional. Entre sus prácticas figura la estafa conocida como “pig butchering” —o “matanza de cerdos”—, en la que los delincuentes crean relaciones románticas ficticias para manipular a las víctimas y obtener grandes sumas de dinero.
En contraste, el Cártel de Sinaloa ha adoptado un modelo más descentralizado que permite a sus distintas facciones operar con autonomía en campañas de “smishing” (fraude por SMS) mediante robo de identidad de funcionarios y suplantación digital. El uso de deepfakes, traducción algorítmica y geolocalización automatizada refuerza esta estrategia sin necesidad de un mando centralizado.
De acuerdo con PACTTO, la organización emplea software de scraping y minería de datos para construir perfiles de vulnerabilidad y enviar mensajes personalizados que aumentan el miedo y la credibilidad de las amenazas. Esta distribución fragmentada del poder tecnológico dificulta de forma considerable que las autoridades rastreen y detengan sus operaciones.