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Casi 12 millones de mexicanos perdieron su trabajo por el COVID-19: Inegi

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El Inegi presentó su primera Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) con corte al mes de abril del año en curso, la cual reveló que durante el mes de referencia había 20 millones de mexicanos disponibles para trabajar; sin embargo, 11.3 millones de ellos dejó de hacerlo y por lo tanto no pudo percibir un salario.

Lo anterior, en el contexto de la “Jornada de Sana Distancia” decretada ante la propagación de la pandemia por COVID-19.
Se estima que la población ocupada tuvo una disminución de casi 12 millones de personas que pasaron de la Población Económicamente Activa (PEA) a la No Económicamente Activa (PNEA)”. Julio Santaella, presidente del Inegi

Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE)

Pérdida temporal de trabajos:

Marzo: 9.1 millones de personas sin empleo
Abril: 3.5 millones de personas sin empleo
Total: 12.6 millones de personas sin empleo

En conferencia de prensa virtual, el Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) detalló las pérdidas de fuentes laborales en las semanas de confinamiento, particularmente desde la última de marzo, en la cual 12.6 millones de personas de 15 años en adelante se quedaron sin empleo (incluyendo a la PEA y a la PNEA).

Observamos que de las 20 millones de personas, 9 millones perdieron su trabajo en marzo del 2020. El resto tiene el impacto de la pérdida de su trabajo con 3.5 millones ya en abril”. Edgar Vielma, director de Estadísticas Sociodemográficas, Inegi

La encuesta se hizo con una muestra de población de más de 12 años en 14 mil 294 viviendas entre el 15 y el 30 de abril.
El objetivo de la ETOE es ofrecer información relevante para monitorear la situación de la ocupación y empleo en dicho periodo de contingencia y ofrecer a la sociedad mexicana información básica y relevante para la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas». Inegi

Fuente: Uno TV

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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