Cerca de dos millones de personas fueron evacuadas en el sur de China cuando el tifón Ragasa, uno de los más fuertes registrados este año, alcanzó la costa de una de las regiones más densamente pobladas del mundo. Previamente, el fenómeno había provocado inundaciones mortales en Taiwán.
Ragasa atravesó primero las islas remotas de Filipinas y las regiones montañosas de Taiwán, con vientos equivalentes a un huracán y causando deslizamientos de tierra, crecidas y olas gigantes. En la provincia china de Guangdong, donde se encuentran grandes ciudades como Shenzhen y Guangzhou, el tifón paralizó la vida cotidiana y generó evacuaciones masivas.
En Taiwán, al menos 17 personas murieron y otras 17 permanecen desaparecidas después de que colapsara un dique natural que contenía un lago recién formado, liberando 68 millones de toneladas de agua e inundando la localidad de Guangfu, en el este montañoso de Hualien. Videos muestran calles convertidas en ríos, vehículos arrastrados y residentes refugiándose en los pisos superiores de sus casas. Las autoridades habían advertido durante semanas sobre el riesgo de desbordamiento, pero la intensa lluvia aceleró la emergencia. Un puente importante también fue arrastrado por la corriente.
En Hong Kong, los vientos alcanzaron ráfagas de hasta 168 km/h, derribando árboles, desprendiendo andamios y provocando inundaciones en zonas turísticas y residenciales. Al menos 90 personas resultaron heridas y 885 buscaron refugio en albergues temporales. La vecina Macao reportó calles con agua a la altura de la cintura y emitió la señal de alerta máxima, al igual que Hong Kong, cerrando escuelas, comercios y transporte público, incluyendo su aeropuerto.
En Shenzhen, las olas golpearon con fuerza la costa, con vientos que alcanzaron 181 km/h. Para proteger a los habitantes, más de 10 mil embarcaciones fueron trasladadas a zonas seguras y 38 mil bomberos permanecen en alerta. Las autoridades destacan que, aunque la región es altamente poblada, su infraestructura moderna, incluyendo un sistema de drenaje de 3.8 mil millones de dólares, ayuda a mitigar el impacto de estos fenómenos.
Este año ha sido particularmente activo en términos de tifones. Hong Kong ya ha enfrentado nueve de estos eventos, superando su promedio anual de seis. Especialistas en clima advierten que el calentamiento global incrementa la intensidad de las tormentas y que las ciudades asiáticas deberán actualizar constantemente sus códigos de construcción para enfrentar vientos más fuertes, niveles del mar más altos y tifones más severos.
Mientras tanto, en Filipinas continúan las labores de rescate y limpieza tras el paso de Ragasa, que llegó como huracán categoría 5. Allí, al menos siete pescadores fallecieron cuando una embarcación volcó frente a Luzón. Además, otra tormenta, Opong, se intensifica en el país, recordando que la temporada de tifones aún no ha concluido.
