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Policiaca

Cayó el “Pija”, presunto colaborador de la Unión Tepito

Arturo Alejandro Cruz Rodríguez, el Pija, presunto colaborador de la Unión Tepito, fue detenido en flagrancia por agentes de la Policía de Investigación adscritos a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.

El Pija, de 43 años, podría estar relacionado con varias carpetas de investigación. Cayó en manos de las autoridades en calles de la colonia Guerrero, alcaldía Cuauhtémoc. Los elementos ministeriales lo aseguraron por su posible participación en delitos contra la salud.

Estaba en posesión de cerca de 30 envoltorios de cocaína. Pero las investigaciones lo ubican como supuesto socio de la Unión Tepito, relacionado con delitos de daño en propiedad ajena culposa por tránsito vehicular; así como producción, impresión, enajenación, distribución, alteración y/o falsificación de títulos al portador, documentos de crédito público y/o vales de canje.

“Derivado de investigaciones relacionadas con denuncias ciudadanas, referentes a que en la zona se comercializaban drogas, elementos de la Policía de Investigación, adscritos a la Fiscalía de Investigación Territorial en Cuauhtémoc, desplegaron vigilancias continúas, en distintos horarios, y aseguraron a un hombre, junto con envoltorios con polvo blanco con las características propias de la cocaína.

“Los detectives de la PDI pusieron a disposición del Ministerio Público de dicha fiscalía al detenido y los envoltorios asegurados”, destacó la fiscalía capitalina.

El pija de la Unión Tepito sería responsable por falsificación de títulos al portador (Foto: FGJCDMX)El pija de la Unión Tepito sería responsable por falsificación de títulos al portador (Foto: FGJCDMX)

En otras acciones relevantes de Seguridad durante este 9 de junio, Policías de Investigación detuvieron a Iván Serratos Espinosa de los Monterosel Che-Ché, fue detenido en flagrancia mientras vendía drogas, pues se le daba seguimiento por su presunta responsabilidad en la desaparición de tres trabajadores de Sanborns.

De acuerdo con los reportes, el Che-Ché de 27 años, cayó en calles de la alcaldía Gustavo A. Madero, el mismo lugar donde habría desparecido a los tres empleados de la sucursal Lindavista y de quienes se desconoce el paradero desde el 29 de noviembre de 2019.

Luego de ser observado en actos de narcomenudeo, se le realizó una revisión preventiva, con lo cual fueron localizados 50 gramos de cocaína, además de 112 dosis empacadas de la misma droga; además de una bolsa con 200 gramos de marihuana y 27 bolsitas del enervante. También llevaba consigo un arma de fuego calibre 9 milímetros y una báscula gramera.

Según las indagatorias, el Che Ché, residía en la capital de Querétaro, y eventualmente viajaba a la Ciudad de México para visitar a familiares y amistades. De ahí que se llevaron a cabo labores de vigilancia en ambos lugares para conocer la frecuencia en que estaba en cada sitio.

En enero de 2012, este sujeto ingresó al Reclusorio Sur por el delito de homicidio calificado, pero quedó libre en febrero de ese mismo año al pagar una fianza. Previamente, en mayo de 2007, fue vinculado con ilícitos por lesiones dolosas. Tras salir de la cárcel en 2012, fue asociado con asesinatos.

Además, las autoridades ministeriales enviaron a prisión a Antonio “R”, también conocido como El Mara, presunto operador de la organización criminal la Unión Tepito, y a su pareja, Larissa.

Además de laborar como operador de El Lunares, también es señalado por ser su sobrino y tener una orden de aprehensión por un doble homicidio: fue enviado a la cárcel.

El Mara y Larissa fueron capturados este lunes. El detenido está vinculado con casos de cuerpos que han sido hallados encobijadossecuestrosextorsiones, y asesinato.

También se dedican a “levantar” comerciantes. El Mara operaba en el barrio de Tepito, en la capital del país. Fueron agentes de Inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) quienes los atraparon y trasladaron a las instalaciones de la FGJCDMX.

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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