Los gigantes cerveceros Anheuser-Busch InBev (Ab-InBev) y Heineken sostienen en los últimos meses una ‘guerra sin cuartel’ para posicionarse en el gusto de los consumidores mexicanos, y lo están haciendo vía precio, lo que si bien puede beneficiar al consumidor, también afectaría la utilidad de las compañías y destruir el valor de algunas marcas, opinaron especialistas.
Destaca la pelea centrada en el segmento premium light, pues Amstel Light de Heineken arreció su promoción de lanzamiento, para dar guerra a Michelob Ultra de Ab-InBev, en el mercado de Monterrey, cuya diferencia de precio es de sólo dos pesos.
Es decir, el precio del six de lata de Amstel Light de Heineken rondaba los 79 pesos, mientras que el de Michelob Ultra de Ab-InBev los 81 pesos, en tiendas HEB, de origen texano, durante las últimas semanas.
Sin embargo, este mismo producto tiene un precio mayor en la misma cadena en Laredo, Texas, oscilando los 7.77 dólares, unos 150 pesos mexicanos.
Uno de los especialistas consultados, que prefirieron ocultar su nombre, debido a que ofrece servicios de consultoría a una de estas compañías, señaló que “el mercado de la cerveza es muy sensible al precio, a menor precio mayor demanda. El año pasado y lo que va de este, la industria está creciendo a doble dígito, tradicionalmente lo hacía a la par de la inflación o del PIB”.
Por su parte, José Francisco Guzmán Tanikawa, director Mercadotecnia y Comunicación, del EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, opinó que “la guerra de precios” afecta las utilidades de las empresas.
“El problema de bajar el precio es que todo el descuento que se hace al precio final hacia el consumidor va contra la utilidad, es un dilema de la empresa”, agregó.
El Financiero