El presidente nacional de PRI, César Camacho, visitó Chihuahua este fin de semana con el objetivo de brindar apoyo a los candidatos a diputados y darles palabras de ánimo tanto a ellos como a los ciudadanos para votar por sus compañeros.
Fue en el Gimnasio San Pedro donde el líder nacional dio su discurso en el que aseguró que ganarán por mayoría pues el PAN con sus guerras sucias lo único que está ganando es el repudio; que incluso duda que en la casilla donde vote Gustavo Madero vaya a ganar el Partido Acción Nacional.
Aprovechó el momento para destacar el trabajo del gobernador César Duarte, quien lo acompañó casi de la mano en su recorrido por estas tierras. Sin embargo; no quiso meter su cuchara en el tema de la minigubernatura de dos años, y sólo pidió que la evaluación se dé de cara a la sociedad.
En contraparte, el coordinador de diputados del PAN en la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya, también tuvo una visita a Chihuahua para reunirse con los candidatos a diputados, pero sus palabras no fueron lo que llamó más la atención sino sus gestos y acciones.
Se supone que la que va fuerte es Rocío Meza, quien ha tratado de opacar a la subcoordinadora de los diputados locales, Maru Campos, pero resulta que terminada la reunión Anaya jaló a Maru y la apartó de la muchedumbre para hablar con ella en privado por unos cinco minutos.
Esto obviamente le sacó ronchas a Meza, quien en todo momento con su afán de protagonismo trató de ser el centro de atención. Pero lo que pasa es que Maru y Anaya se conocen desde hace muchos años pues estuvieron juntos en el equipo de Juan Camilo Mouriño y los unen lazos de amistad. ¿Esto podría beneficiar a Maru? Habrá qué ver…
Y los que se la pasaron a todo dar fueron los integrantes del gabinete estatal con el concierto que ofreció el intimísimo amigo del mandatario, Juan Gabriel, en la Feria de Santa Rita. Tan así se puso el ánimo que no les importó violar la ley y quedarse hasta las cuatro de la mañana a tirar fiesta.
Entre los asistentes estaba el fiscal general del Estado, Jorge González Nicolás, quien dicen que fue de los más alborotados, también Jaime Herrera, secretario de Hacienda, los alcaldes de Juárez y Chihuahua, Enrique Serrano y Javier Garfio, respectivamente, entre otros.
En temas no festivos, grupos de la Iglesia, así como familiares y amigos del pequeño Christopher, quien fue asesinado brutalmente por sus primos y amigos cuando “jugaban” al secuestrado, llevaron a cabo una marcha pacífica que reunió a cientos de personas.
Este caso ha despertado el interés y la crítica de toda la sociedad, algunos que reclaman a las autoridades prisión para todos los asesinos, otros que se abalanzan contra los padres por irresponsables y otros más que ven en todo esto el resultado de una sociedad descompuesta.
Definitivamente este caso ha movido corazones por la saña con la que los menores asesinaron a Christopher, lo cual nos hace repensarnos como sociedad y cuestionarnos qué estamos haciendo como ciudadanos y como familias. Sin embargo; lo que se ha movido más han sido lenguas que se ejercitan de saliva pero no de actos.
Las marchas siempre son benéficas pues es una manera de expresión y de reclamo, de evidenciar lo que no muchos quieren ver, pero realmente esto no se soluciona sólo con palabrerías. ¿Por qué no mejor acercarse a las familias que viven en Laderas de San Guillermo? ¿Por qué no planear actividades en conjunto que promuevan los lazos familiares?
Lo que pasa es que es más fácil politizar un tema, hablar y hablar y luego dejarlo en el olvido, como ha pasado en la mayoría de los casos. Esta marcha no fue la excepción. Comunidades católicas se unieron pero no por el simple hecho de pedir por la justicia y orar por la paz y la vida en Chihuahua.
No olvidemos que estamos en época de elecciones y respaldar este tipo de acciones simbólicas beneficia a muchos. La presencia de la Iglesia específicamente en estos días también es una forma de lanzar su spitch a favor de la vida pero con tintes homófobos y machistas, sobre todo por el tema en contra del aborto y de la legalización del matrimonio gay en Irlanda, que ha puesto los pelos de punta a todos los católicos. Triste querer sacar provecho con el dolor ajeno.