César Jáuregui y Maru Campos se echaron una broncota de oquis al arremeter contra las uniones entre personas del mismo sexo, pues picotearon a un colectivo muy numeroso (se habla de que el 10% de la población chihuahuense ‘batea de lado’) y muy activo.
A la sociedad chihuahuense le preocupan la inseguridad, el desempleo, la falta de servicios y seguridad social, entre otros asuntos, y no lo que Pepe y Toño hagan en su recámara, o si se quieren casar. Además los políticos, pero sobre todo César Jáuregui, están lejos de ser un referente moral para la ciudadanía… no se las creen, pues.
Algunos panistas más avispados ya notaron que este tipo de posturas radicales sólo los alejan del grueso de los electores, e incluso personajes como el expresidente nacional del PAN Germán Martínez Cázares reprobó la homofobia de un sector de este instituto político al llamarla “cavernaria, antijurídica, antidigna y antipolítica”.
Maru dice que los gays son el 1% de la población, pero esta afirmación no parece tener otra fuente que su imaginación. Actualmente no hay ningún estudio claro sobre qué porcentaje de la población es gay, ya que primero habría que definir qué es gay, si el que sólo le da besitos a sus compas o el que se casa con uno de ellos. Luego viene el problema de que muchos aún se esconden, lo niegan o se reprimen, pero estudios formales como el de Alfred Kinsey, uno de los más reconocidos del mundo, asegura que el 37% de la población de EU ha tenido un orgasmo con una persona de su mismo sexo. Otros estudios más mesurados hablan de que el 10% de la población se reconoce como homosexual.
Sea el uno por ciento o sea la mitad de la población, las personas con distintas preferencias sexuales, razas, ideologías o nivel socioeconómico, merecen ser tomadas en cuenta y respetadas, pero a los legisladores albiazules no les ha caído el ‘20’ de lo que es una democracia.
Se habla de que desde la dirigencia les llamaron la atención, pues el colectivo gay no es muy pesado en números pero sí uno de los más activos de la sociedad, así que Maru y César tuvieron que hacer de tripas corazón y recibir a Mercedes Fernández, a quien sólo le dan el avión y fingen como que dialogan.
Partidos como el PRI han mostrado ser mucho más pragmáticos en este tema, pues en lugares como el DF, donde existe un marco mucho más amplio de libertades civiles, apoyan sin reparos la causa gay, mientras que la combaten duramente en regiones más conservadoras, y hacen bien, pues a fin de cuentas representan los intereses de los ciudadanos, al menos en esta materia.
Pasando a otro tema, el alcalde Javier Garfio se reunió ayer con Pedro Villalobos, presidente del Congreso, para analizar la nueva Ley de Protección Civil, con el fin de que no se repita otro aeroshow. Dirán que muerto el niño a tapar el pozo, pero hay otros que ni con montones de niños muertos se toman la molestia de taparlo, y es muy positivo que alguien ponga manos en el asunto.
Si este es un ejercicio sincero y no meramente mediático, será de gran importancia para la ciudadanía, pues urge que sean profesionales quienes se encarguen de la seguridad de las familias chihuahuenses durante los eventos públicos, y no solamente empresarios avariciosos que no tienen ojos para nada que no sean billetes, como Mesta y Dueñas, a quienes no se les toca ni con el pétalo de una rosa. Han de traer una buena protección, y no nos referimos a los que venden en el mercado Del Hoyo, sino a un buen hado padrino que se encarga de bendecirlos contra toda ley.
Pero por si el golpe contra Marco Quezada no fue suficiente, ahora la Auditoría Superior del Estado está metiendo lupa a fondo en los gastos del parque El Rejón, pues costó 34 millones de pesos y parece que las cuentas no cuadran.
Pasando a temas de más jerarquía, hoy estará en Juárez la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, esa pobre mujer que no ha dado pie con bola, pues entre la cruzada contra el hambre que no es más que un refrito de los programas asistencialistas inútiles de siempre, y la fascista prohibición de tener hijos a mujeres pobres, no ha dado nada bueno de qué hablar.
Por eso la visita será rapidita, simplemente un almacén remodelado y a tirar rostro en un comedor comunitario de Casas Grandes. Luego viene la foto para el boletín, una microentrevista banquetera y sin sentido y adiós.
Ahí estarán el gobernador César Duarte Jáquez con su esposa Bertha Gómez, el alcalde de Juárez, Enrique Serrano, el delegado de Sedesol Pepe De la Madrid, entre otros grillos.
Otro tema que ha hecho ruido es la aparición de algunos memes con la imagen de José Reyes Baeza y la leyenda “¿Ya me extrañan?”, similar a la que utilizó Bush meses después de haber salido de su mandato.
Nuestras fuentes afirman que el ahora titular de Fovissste no tiene nada qué ver en esta campaña de comparación entre él y el actual gobernador César Duarte, tampoco la gente de su equipo lo hizo, así que todo apunta a que se trató de una mera puntada, pero una puntada de esas que causan comezón pues los comentarios muestran la división que se agranda entre las tribus del PRI.
También causó ruido el despido del reportero Gabriel Ortega Pérez, a quien echaron de una televisora al parecer por criticar en redes sociales al gobernador César Duarte y al alcalde Javier Garfio, una actividad que se ha vuelto el deporte local de los chihuahuenses.
Cuesta trabajo creer que el mandatario, con todos los asuntos que trae en la cabeza, se ponga a checar su ‘face’ para vengarse de quien lo critica. Igual el alcalde. Este tipo de represión suele venir de los funcionarios más bajos de comunicación social, esos que con su pequeño criterio tratan de agradar al jefe a toda costa, o de jefes de información y directivos que temen perder contratos o convenios. Como sea, se viven tiempos de represión en muchos espacios informativos, y esa represión por lo general es autoimpuesta. Los políticos están (o deberían estar) acostumbrados a las críticas, siempre las han soportado y mientras sean figuras públicas las seguirán soportando. Gajes del oficio.
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