El ex jugador estrella de la selección de futbol de Paraguay, y del América de México, entre otros equipos, Salvador Cabañas, admitió este viernes a un medio local que perdió “mucho” tras el incidente de enero de 2010 en un bar de la Ciudad de México.
Cabañas, de 31 años, quien este año retornó a los campos en forma discreta tras aquel fatídico día para él, cuando en un confuso episodio recibió un disparo en la cabeza, volvió a la casa familiar en Itauguá, a 20 kilómetros de Asunción, donde vive con sus padres.
Está separado de su esposa María Lorgia Alonso desde hace varios meses y de sus dos pequeños hijos, quienes quedaron con la madre en una residencia de lujo que el matrimonio había adquirido en un barrio capitalino, cuando el deportista jugaba y vivía prósperamente.
Cabañas reveló al diario Popular que le construyó una panadería a su padre y que él mismo hace de albañil junto a otros operarios para agrandar la modesta vivienda que tienen en Itauguá, de donde había salido para ir a deleitar con su juego en el extranjero.
De la sensación que tiene al volver a su ciudad de origen, Cabañas aseguró que “es algo que no se puede explicar, sobre todo por estar con mi familia (padre, madre y hermanos) y, pese a que no estoy todos los días, con mis hijitos”.
Marcó la diferencia entre vivir en México, o en Chile, y en el propio terruño: “Hay mucha, es muy diferente todo, la comida, la gente, nada es igual, pero uno se adapta y yo lo logré, por eso pude triunfar en esos países”.
Contó también que la panadería tendrá éxito con su padre, también mantiene un lavadero de autos y un polideportivo que había comprado y montado cuando aún jugaba en el América, hace cuatro años, “ahora estoy hecho un empresario”, dijo risueñamente.
Cabañas también confesó que no piensa dejar aún de darle al balón y agradeció al presidente de su primer club, 12 de Octubre, de Itauguá, por permitirle volver a jugar este año, y la entidad logró ascender nuevamente a la división Intermedia.
Desmintió que estuviese en la ruina, pero aceptó que perdió mucha plata desde su desgracia en la capital mexicana. “Perdí mucho pero no todo, tengo todavía tierras en el Chaco (occidente de Paraguay)”, indicó.
Asimismo, recordó que su ex apoderado, José María González, le despojó de una importante cantidad de dinero -entre dos y tres millones de dólares-, lo que motivó un proceso en la justicia que concluyó con un acuerdo de partes.
A Juan José Balderas, autor del disparo en la cabeza, hoy encarcelado en México, le envió “un gran saludo” y aconsejó “que se cuide” y esperaba que “le vaya bien”, mientras a González le deseó “que disfrute de lo que tiene”, en frases aparentemente irónicas.
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