Las Águilas del América dominaron el encuentro, pero sus fallas les costaron caro y las Chivas se llevaron el partido del orgullo al no perdonar los ataques que tuvieron para vencer 2-1 a los azulcremas en el Estadio Azteca. Al final del encuentro, polémica y empujones.
Omar Bravo se hizo presente en el marcador en dos ocasiones, al 14 y 38’. Osvaldo Martínez descontó al 43’.
El Rebaño Sagrado jugó con diez elementos desde el minuto 40 tras la expulsión de Carlos Salcido.
Desde el primer lapso, las Águilas se apropiaron del balón e inclinaron sus ataques por el sector izquierdo. Envíos al área, pero no concretaron los azulcremas.
Osvaldo Martínez se equivocó y el Rebaño no perdonó. El americanista retrocedió el esférico, pero quedó a la deriva, momento que Bravo aprovechó para mandar un remate al fondo de las redes ante la salida de Muñoz.
El cuadro de Coapa seguía con su agobio y los rojiblancos aguantaban los ataques.
En un contragolpe por el sector derecho, Raúl López mandó un servicio al área, Bravo se anticipó y remató de cabeza para incrementar la ventaja.
El gustó duró poco.
Tres minutos después, Carlos Salcido trabó a Darwin Quintero en el área y el árbitro Fernando Guerrero no dudó en marcar la pena máxima y expulsar al rojiblanco. Osvaldo Martínez se perfiló y con un derechazo sacudió las redes.
El técnico Matías Almeyda no aguantó más y de inmediato movió sus piezas.
Para el complemento, el técnico Ignacio Ambríz no dudó en ir con todo al frente, sabía que era “matar o morir” y sacó a Javier Güemez para darle cabida al ecuatoriano Michael Arroyo.
Esta modificación, sin embargo, no tuvo el efecto que esperaba América, que se topó con un muro “rojiblanco” que se revolvía para mantener su ventaja y tratar de tener lejos de su meta el balón.
Desesperado por la falta de claridad de su equipo para abrir el cerrojo del “Rebaño Sagrado”, Ambríz ordenó los ingreso del juvenil Carlos Rosel e instantes después de Martín Zúñiga, en espera que el espigado delantero encontrara una por arriba.
América no cesaba de ir al frente y tuvo su recompensa con el gol del empate, el cual, sin embargo, fue anulado por un supuesto fuera de lugar de Oribe Peralta, acción con la que terminaron sus esperanzas de lograr el empate.
Tras el silbatazo final, se suscitó un conato de bronca entre Antonio Rodríguez y Osvaldo Martínez.
Fuente Excélsior