Mario Alberto, trabajador de transporte público y padre de familia, ha recibido felicitaciones de usuarios por el excelente servicio que otorga en la Ruta 30, que corre entre Milpa Alta y Tláhuac.
La pasión por su trabajo lo inspiró a dar un mejor servicio, inclusive para inventar la ‘charolita sanitizadora’ de monedas y billetes.
Es un placer para mí hacer lo que hago y la prueba está, se me ocurrió no sé como se diga, despachador de monedas para sanitizarlas, más que nada, para mí es un placer, me da gusto lo que hago”, agregó el conductor.
Una botella de gel de un litro a Mario le cuesta ciento cincuenta pesos, aparte el litro de alcohol líquido, esto suma trescientos pesos al día lo que saca de ganancia trabajando un turno de siete horas.
Simplemente me gusta seguir con la normatividad, desinfectar mi dinero, darle gel al usuario, pero realmente no me alcanza con eso que tengo para toda la gente, es poco lo que gano y lo que invierto va a quedar en lo mismo, yo tengo toda la intención de seguirlo dando a todos los que se suben, les doy gel, pero no me alcanza para una botella”, compartió Mario Alberto.
Ya son cinco años desde que adquirió este microbús, solo le queda un año para terminarlo de pagar y sea suyo, pero en esta pandemia le ha pegado en su bolsillo.
El sueño de Mario Alberto es poder tener conversar con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y ver la posibilidad de recibir un apoyo de insumos para continuar con este protocolo ante la contingencia sanitaria, tambien invitar a que sus compañeros de otras rutas o de transporte público adopten esta medida.
Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino
Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.
Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.
Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.
Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.
Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.
Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.