Al menos cinco personas murieron en la tempestad que azota todavía en la noche del viernes el noreste de Estados Unidos, con fuertes nevadas, intensas lluvias y violentas ráfagas de viento, provocando la anulación de miles de vuelos y salidas de trenes.
Un niño de seis años murió luego de que un árbol cayera sobre su vivienda mientras dormía, anunciaron las autoridades del condado de Chesterfield en Virginia.
En el mismo estado, un hombre de 44 años pereció cuando otro árbol se abatió sobre su camión, según la policía de James City.
Cerca de Baltimore, en la costa este, una mujer de 77 años perdió la vida también golpeada por una gruesa rama de un árbol en Kingsville, según la policía de Baltimore.
Caídas de árboles habrían causado igualmente la muerte de otro joven de 11 años en Putnam Valley, estado de Nueva York, así como de un septuagenario en Rhode Island.
Está previsto que esta tempestad invernal, que afecta a una zona que se extiende de Maryland a Massachusetts desde la noche del jueves, dure hasta primeras horas de la mañana del sábado.
En la región de Washington, las condiciones climáticas marcadas por ráfagas de viento de 120 km/h obligaron al gobierno a interrumpir los servicios administrativos federales, y las escuelas de la capital federal se mantuvieron cerradas.
Una gran tormenta de invierno sacudió la costa este de Estados Unidos el viernes, azotando fuertes vientos y arrojando fuertes lluvias y nieve, forzando la cancelación de varios miles de vuelos y el cierre de las oficinas del gobierno federal en Washington.
Las fuertes precipitaciones constatadas desde el fin de la noche del jueves al viernes provocaron también la anulación de más 2.600 vuelos nacionales e internacionales y el atraso de más de 1.500, según el sitio web FlightAware.
La mitad de los vuelos de entrada y salida del aeropuerto neoyorquino de LaGuardia, el más afectado por la tempestad, fueron cancelados, al igual que más del 20% de los vuelos procedentes o con destino a los otros dos aeropuertos de Nueva York, John F. Kennedy Newark, a Boston (Logan) y a Washington (Reagan).
Un implacable nordestino golpeó la costa atlántica con vientos huracanados y lluvia y nieve lateralmente sopladas el viernes , inundando calles, aterrizando vuelos, deteniendo trenes y dejando a cientos de miles de personas sin electricidad desde Carolina del Norte a Maine. (Gary Higgins / The Quincy Patriot Ledger vía AP)
Amtrak, la compañía nacional de trenes, anunció la suspensión temporal de todos los servicios de la zona noreste «por seguridad» y mantuvo hasta destino los que ya estaban circulando entre Washington, Nueva York y Boston.
Más al norte, de Nueva Jersey a Massachusetts, el servicio meteorológico nacional (NWS) advirtió contra el riesgo de inmersiones costeras e inundaciones en el interior.