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Ciencia y Tecnología

Científicos mexicanos crean 3 tipos de maíz tolerantes a la sequía

Un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) obtuvieron tres tipos de mazorcas tolerantes a la sequía, luego de investigar distintas variedades de maíz nativas del territorio zacatecano.
Los especialistas de la Unidad Académica de Agronomía (UAA), de la UAZ, recaudaron en diversos municipios del estado 27 muestras originarias de maíz, a fin de identificar las más productivas para su mejoramiento genético.

Para el desarrollo del proyecto, los objetos de estudio fueron probados en siembras de campo con y sin sequía, mencionó Maximino Luna Flores, uno de los líderes del proyecto.

De ahí seleccionamos las tres variedades que más rindieron con sequía y tuvieron un pequeño contraste en relación con el rendimiento obtenido sin sequía”, indicó Luna en una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

En la segunda fase, los investigadores realizaron las pruebas morfológicas, fisiológicas y anatómicas; estas últimas registraron el total de estomas por donde las hojas de las plantas transpiran y obtienen dióxido de carbono (CO2) del aire.

Los protocolos de morfología comprenden cerca de 50 tipos, como el color de grano, número de hojas por planta, altura que alcanzan, granos por mazorca, longitud y ancho de la hoja, predisposición a enfermedades y resistencia al viento.
En el laboratorio se hicieron las pruebas fisiológicas para medir la capacidad de germinación y la presión osmótica, es decir, el agua y las sales minerales que absorbe la raíz de la planta, donde los científicos encontraron la relación con la resistencia a la sequía.

Para la tercera etapa, los especialistas hicieron el mejoramiento genético en dos ciclos de selección masal de plantas autofecundadas, donde se escogió a las mejores para tomar la semilla y después mezclarlas, dando como resultado nuevas generaciones.

Las variedades generadas fueron puestas otros dos años a prueba para conocer si de verdad rendían más que las variedades de las cuales las derivamos”, indicó el científico.

Encontramos que las superan tanto en rendimiento de forraje como en grano. Obtuvimos 10 variedades mejoradas, pero tres presentaron un notable rendimiento”, agregó.

El doctor refirió que gracias al apoyo de la UAA de la UAZ lograron producir 30 kilos de cada una de las tres variedades mejoradas, con el objetivo de multiplicarlas para repartirlas a los productores de maíz.

El proyecto estuvo a cargo de Luna y por los académicos de la UAA de la UAZ, Roberto Ruiz de la Riva, Pedro Zesati del Villar, José Hernández Martínez y Francisco Luna Ortiz, además, intervinieron seis estudiantes de licenciatura y maestría.

Excelsior

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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