La apariencia facial humana actual es el resultado de millones de años de evolución y sigue en constante evolución
Un grupo de científicos dio algunas pistas sobre la manera en que evolucionará el rostro humano en el futuro.
Pese a que no hay certeza de que esto ocurrirá, la apariencia facial humana actual es el resultado de millones de años de evolución y sigue en constante evolución.
El rostro se transformó de una cara más intimidante, que era una ventaja para competir, a una que era conveniente para llevarse bien con los demás “, señaló Penny Spikins, arqueóloga paleolítica de la Universidad de York, siendo el ser humano la especie más expresiva de la Tierra.
El genetista Adam Wilkins, autor del estudio ‘Making Faces.The Evolutionary Origins of the Human Face’, enfatizó en que nuestra cara no es común en la naturaleza: “nuestros ojos están muy juntos y miran hacia adelante, los arcos dentales humanos son desproporcionadamente pequeños en relación con el resto del cuerpo: tenemos dientes más chicos. Es decir, las características físicas de nuestra cara son inusuales”.
Sin embargo, el hombre del futuro tendrá un cráneo más desarrollado y una carea mucho más pequeña, derivado de distintos factores.
Por supuesto que seguimos evolucionando y cambiando. La dieta está modificándose todo el tiempo y esto también cambia la forma de la cara”, argumentó David Perrett, investigador de la Universidad de Saint Andrews.
“Si nuestro cráneo continúa evolucionando, lo previsible sería que continuase con esa juvenilización en las proporciones craneales, lo que llevaría a una cara más reducida, con órbitas oculares proporcionalmente mayores, un mentón de menores dimensiones y una bóveda craneal más globular y desarrollada. Eso sería lo esperable si continúa un proceso que se conoce como neotenia, que quiere decir alcanzar el estado adulto reteniendo características juveniles”, aseveró Paul Palmqvist, catedrático de Paleontología del Departamento de Ecología y Geología de la Universidad de Málaga.
Para que continúe una evolución del rostro en el sentido que hablamos (neurocráneos más desarrollados y caras más pequeñas) sería necesario un cambio en la pelvis femenina, cuyo canal de parto es ya demasiado angosto (de ahí que nuestros bebés nazcan prematuros, debiendo madurar postnatalmente, lo cual impone sus límites: no puede nacer un niño tan prematuro que no tenga capacidad para la digestión o la respiración autónoma)”, argumentó Palmqvist.
Fuente: Tribuna