Coca-Cola FEMSA (KOF), la mayor embotelladora de la bebida en el mundo, dijo que clausuró indefinidamente a partir del viernes sus operaciones en la mexicana Ciudad Altamirano, ubicada en el violento estado sureño de Guerrero, por el «hostigamiento de grupos delincuenciales».
En la ciudad la empresa tiene un centro de distribución donde trabajan más de 160 personas.
«Desde enero de este año, los integrantes del Centro de Distribución de Coca-Cola FEMSA en Ciudad Altamirano comenzaron a recibir constantes amenazas y agresiones por parte del crimen organizado, así como afectaciones a las instalaciones de la empresa», dijo la firma en un comunicado.
«La empresa (…) lamenta profundamente que la ausencia de un estado de derecho y la prevalencia de la impunidad que afecta a la región, la lleve a detener sus labores en un territorio en el que ha tenido presencia por más de cuatro décadas», agregó KOF.
La empresa, cuya sede central se encuentra en Monterrey y emplea a más de 100.000 personas de manera directa, explicó que una reciente agresión contra uno de sus trabajadores la obligó a tomar la decisión de cerrar sus operaciones en la zona.
Por las mismas razones, Coca-Cola FEMSA cerró otro centro de distribución en 2015 también en el estado Guerrero, donde operan cárteles del narcotráfico y grupos de delincuencia organizada.
En México, más de un millar de personas son asesinadas cada mes, muchas de las cuales también son torturadas, descuartizadas, quemadas o encontradas en fosas clandestinas donde grupos delictivos suelen dejar a sus víctimas.