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Cocinan expulsión del senador Ernesto Cordero del PAN

Se cocina en el Partido Acción Nacional (PAN) la expulsión de Ernesto Cordero, quien pidió a la Procuraduría General de la República (PGR) que investigue por lavado de dinero a ¡su candidato presidencial, Ricardo Anaya!

La dirigencia blanquiazul reprochó al senador de hacer el trabajo sucio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en contra del candidato presidencial de la coalición “Por México al frente”.

«Es una lástima que el senador Ernesto Cordero siga prestándose, burdamente, a hacerle el juego sucio al PRI. Es cómplice de quienes han saqueado a este país con su corrupción», aseveró el presidente Nacional del PAN, Damián Zepeda Vidales.
De acuerdo con el líder panista, Cordero Arroyo ha apoyado en múltiples ocasiones al candidato del PRI, lo cual es violatorio de los estatutos del PAN, así como una contradicción con sus principios y valores, razón por la cual su expulsión del partido es inminente.

Zepeda consideró que la denuncia que se presentó en contra del “único candidato de esta contienda con la capacidad para lograr un cambio positivo en México”, solo confirma el miedo que le tienen, porque ha prometido claramente acabar con el pacto de impunidad.

«Ricardo Anaya es un hombre vertical, honesto e inteligente. Las calumnias y mentiras de quienes son enemigos de la democracia, de la transparencia y de la rendición de cuentas solo nos animan a redoblar los esfuerzos, porque el triunfo está muy cerca», dijo el líder panista en un comunicado.

Chihuahua

Contra los adelantados: Rafa Loera y otros políticos ya no serán candidatos: Sheinbaum impone orden y frena el oportunismo electoral

La presidenta Claudia Sheinbaum ha reafirmado su compromiso con la legalidad y el orden político al frenar en seco las campañas anticipadas de varios aspirantes dentro y fuera de Morena. Entre ellos destaca Andrea Chávez, quien se perfilaba como una figura fuerte en el norte del país, pero cuya visibilidad en actos públicos, brigadas móviles y mensajes en redes encendió las alertas en Palacio Nacional.

El mensaje fue claro: gobernar no es lo mismo que promoverse. Y el momento actual exige trabajar por el país, no por los reflectores. Sheinbaum decidió marcar un alto a cualquier intento de adelantarse en la sucesión de 2030, priorizando la estabilidad, el respeto institucional y la concentración en los grandes retos nacionales.

Otro caso que quedó contenido fue el de Rafael Loera, político chihuahuense que había comenzado a posicionarse como aspirante a la presidencia municipal de Chihuahua. Su nombre empezó a circular en encuestas telefónicas, anuncios estratégicos y reuniones territoriales. Sin embargo, la instrucción fue contundente: no es tiempo de precampañas disfrazadas ni de ambiciones personales.

Loera, junto a otros políticos que también empezaban a alzar la mano —como legisladores locales, exalcaldes y operadores regionales— entendieron el mensaje presidencial: quien no respete los tiempos, queda fuera del juego.

Esta acción refuerza la autoridad de Claudia Sheinbaum como líder nacional. Su decisión no solo evita una guerra interna en Morena, sino que protege al movimiento de desgastes innecesarios. Su liderazgo queda ratificado como firme, disciplinado y enfocado en la transformación, no en la improvisación política.

La presidenta gobierna con temple y visión, y con este movimiento estratégico, demuestra que el futuro de México no será definido por prisas personales, sino por proyectos colectivos.

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